Philologica Canariensia 30 (2024), pp. 241-257
DOI: https://doi.org/10.20420/Phil.Can.2024.675
Recibido: 16 de noviembre de 2023; versión revisada aceptada: 30 de enero de 2024
Publicado: 22 de junio de 2024
Acaso no esté/está todo dicho. Nuevas hipótesis sobre acaso y el subjuntivo en oraciones independientes
Acaso no esté/está todo dicho. New Hypotheses on acaso and the Subjunctive in Independent Sentences
Acaso no esté/está todo dicho. Nouvelles hypothèses sur acaso et le subjonctif dans les phrases indépendantes
Rafael García Pérez
Universidad Carlos III de Madrid
ORCID: 0000-0002-1183-4700
En este trabajo se estudia el adverbio acaso en español desde una perspectiva diacrónica y se proponen nuevas hipótesis para explicar su origen etimológico, su proceso de gramaticalización y su rección progresiva del modo subjuntivo en oraciones independientes. Etimológicamente, se ofrecen pruebas de su relación con el latín tardío. Respecto a su gramaticalización, se establecen vínculos con la locución por (a)ventura. Para la rección del modo subjuntivo, se muestra que este es el resultado de un cambio reciente, especialmente significativo desde el siglo XVIII que se va intensificando hasta nuestros días. En último lugar, se analizan las causas que pudieron contribuir a la nueva rección del modo subjuntivo frente a la rección tradicional del indicativo.
Palabras clave: adverbio de duda, gramaticalización, subjuntivo, modo verbal, diacronía
Abstract |
This study endeavors to examine the Spanish adverb acaso through a diachronic lens, offering novel hypotheses to elucidate its etymological derivation, the intricacies of its grammaticalization process, and its progressive selection of the subjunctive mood within independent sentences. Etymologically, compelling evidence is presented, establishing a linguistic lineage with late Latin. Concerning its grammaticalization, intricate connections are posited with the expression por (a)ventura. Regarding the selection of the subjunctive mood, the study reveals a recent shift, notably gaining prominence since the 18th century and persisting to the contemporary era. Lastly, an analytical inquiry into the determinants behind the subjunctive mood’s modern trajectory is undertaken, comparing it with the traditional course of the indicative mood.
Keywords: adverb of doubt, grammaticalization, subjunctive, verbal mood, diachrony
Résumé |
Dans cette étude, l’adverbe espagnol acaso est examiné d’un point de vue diachronique, et de nouvelles hypothèses sont avancées pour éclairer son origine étymologique, son processus de grammaticalisation et sa préférence croissante pour le mode subjonctif au sein des phrases indépendantes. Sur le plan étymologique, des preuves convaincantes sont présentés, établissant un lien avec le latin tardif. En ce qui concerne sa grammaticalisation, des liens subtils sont établis avec l’expression por (a)ventura. En ce qui concerne la sélection du mode subjonctif, l’étude révèle un changement récent, particulièrement marqué depuis le XVIIIe siècle et persistant jusqu'à nos jours. Enfin, une analyse des causes potentielles ayant contribué à cette nouvelle orientation du mode subjonctif par rapport à la traditionnelle du mode indicatif est entreprise.
Mots-clés : adverbe de doute, grammaticalisation, subjonctif, mode verbal, diachronie
1. Introducción
Los estudios dedicados al uso del subjuntivo en oraciones independientes han destacado el papel preponderante desempeñado por ciertos adverbios de duda y posibilidad en la selección modal, especificando, además, la necesidad de que estos aparezcan antepuestos al verbo (NGLE, 2009, pp. 1954-1955; Ahern, 2008, p. 79; Kovacci, 1999, pp. 755-756; Borrego et al., 1992, p. 180). En ese sentido, actúan como inductores (Bosque, 1990). No obstante, incluso en esa posición, el modo del verbo alterna entre el indicativo y el subjuntivo. Otra cosa es determinar en qué medida rigen estas unidades uno u otro modo. La NGLE (2009, p. 1955) destaca que predomina el indicativo frente al subjuntivo. Kovacci (1999) señala que estos adverbios conforman una escala continua de duda, y en ella sitúa, en parte, la causa por la que los hablantes recurren al indicativo o al subjuntivo: “seguramente, en el polo positivo, se construye con indicativo; difícilmente, en el polo negativo, rige subjuntivo, tiempos futuros de indicativo y modo potencial” (p. 755).[1] Esta aseveración de Kovacci acerca de las restricciones de seguramente y difícilmente debería interpretarse como una tendencia, a la vista de ejemplos como los siguientes, que no constituyen meras excepciones:
Aunque tradicionalmente ciertos autores han destacado la selección única del indicativo en el caso de la locución adverbial a lo mejor (Borrego et al., 1992, p. 179), lo cierto es que también podría hablarse aquí de tendencia; de hecho, el uso del subjuntivo no está excluido, especialmente en América (NGLE, 2009, p. 1956). Ahora bien, no se puede negar que se trata de una tendencia más acusada que en los casos anteriores, pues el número de ejemplos totales arrojados por los corpus es bastante más reducido:
Hay pocos trabajos que pongan de manifiesto las diferencias que presentan las diversas unidades léxicas implicadas en la rección modal. Si Woehr (1972) y Carlsson (1990) planteaban un mayor uso del subjuntivo en el español peninsular con quizá y tal vez, Barrios Sabador (2016) estudia los adverbios tal vez, quizá, probablemente, seguramente, posiblemente en los textos orales del CREA y postula un uso mayoritario del indicativo para todas las unidades, si bien en el caso de posiblemente “se aprecian menores contrastes” (p. 267). Una consulta del CORPES XXI, tomando la totalidad de los textos, es decir, tanto orales como escritos, parece corroborar la afirmación de la NGLE (2009, p. 1955) acerca de la preferencia generalizada por el indicativo y una clara gradación desde a lo mejor y seguramente hasta acaso, quizá(s) y posiblemente, cuya rección del modo subjuntivo se acerca notablemente a la del indicativo:[2]
Adverbios |
Indicativo |
Subjuntivo |
% Indicativo |
% Subjuntivo |
a lo mejor |
1434 |
25 |
98,3 % |
1,7 % |
seguramente |
1286 |
66 |
95 % |
5 % |
probablemente |
588 |
251 |
70 % |
30 % |
tal vez |
2185 |
1721 |
60 % |
40 % |
acaso |
193 |
156 |
55,3 % |
44,7 % |
quizá(s) |
3619 |
2952 |
55 % |
45 % |
posiblemente |
166 |
158 |
51,2 % |
48,8 % |
Tabla 1. Usos del indicativo y el subjuntivo con adverbios de duda y probabilidad
Si el español peninsular y el español americano muestran un comportamiento bastante similar, la NGLE (2009, p. 1956) destaca una diferencia interesante —el uso de a lo mejor con subjuntivo es ligeramente mayor en el área americana, como se puede apreciar en la Tabla 1—, pero omite otro aspecto relevante: la rección del subjuntivo por el adverbio tal vez supera a la del indicativo en el español peninsular (aunque no en el americano).
En lo que respecta al adverbio acaso, que es el que interesa en este trabajo, los datos son particularmente llamativos. La tabla anterior excluye las concordancias de oraciones interrogativas, que he descartado manualmente. Como se sabe, esta unidad léxica, en ese contexto, se comporta como marcador retórico orientador de una respuesta positiva o negativa (NGLE, 2009, p. 3189). El hecho de que, al margen de las oraciones interrogativas, el uso con indicativo siga superando al uso con subjuntivo contradice la intuición y el juicio improvisado de los hablantes y, en consecuencia, las encuestas elaboradas con un número insuficiente de informantes.[3]
Sobre las causas por las que se recurre a uno u otro modo en combinación con estos adverbios, se han dado explicaciones variadas. Dejando de lado aquellas que responden a la mera intuición[4] y aquellas que no consideran que exista una diferencia apreciable de significado (como las de Ridruejo, 1999), Igualada Belchí (1989, p. 655), por ejemplo, planteaba una posible diferencia temporal, pues el indicativo “ubica temporalmente la acción designada por el verbo”, contrariamente al subjuntivo. La NGLE (2009, p. 1956) advierte que el uso del subjuntivo con los adverbios de duda y posibilidad es un poco más frecuente “cuando la información que introducen no es focal”. Woehr (1972, p. 324) señalaba que el subjuntivo es más habitual cuando los hechos se refieren al presente o al futuro. Las hipótesis más difundidas, sin embargo, han vinculado la rección del indicativo o subjuntivo por parte de estos adverbios con la actitud del hablante y, en particular, al grado de incertidumbre o duda que este pretende expresar (Gili Gaya, 1964, p. 139; Martinell, 1985, p. 24; Lope Blanch, 1990, p. 182; Borrego et al., 1992, pp. 179-180). Navas Ruiz (1990, pp.139-140) atribuye al indicativo “la factualidad y la implicación objetiva de los fenómenos”, a lo que se opone el subjuntivo, “modo de la virtualidad, de lo hipotético, de la valoración subjetiva de la realidad” (p. 14); de ahí que este último aparezca con expresiones de eventualidad (ejemplo de acaso). Para Hurtado Valero (1999) la alternancia modal no depende tanto de esa certidumbre o incertidumbre, sino de si el hablante realiza un enfoque sintáctico a través del adverbio inductor (que él denomina refractor modal) o no.
Ahora bien, teniendo en cuenta que estas unidades léxicas conforman un paradigma sintáctico-semántico y que en la lengua estos paradigmas son el resultado de procesos de evolución diacrónica,[5] cabe preguntarse en qué medida las diferencias en la rección modal por parte de los adverbios de duda y posibilidad encuentran una parte de su explicación en la historia del español. Conviene no olvidar que toda lengua es dinámica y que está constantemente sometida a procesos de cambio.
A continuación, pues, tomando como base los corpus históricos de la RAE —el Corpus diacrónico del español (CORDE) y el Corpus del Nuevo diccionario histórico del español (CDH)—[6] revisaremos los datos relacionados con la adscripción de acaso al paradigma de duda y posibilidad y la influencia que los distintos factores históricos hayan podido ejercer sobre su rección modal.
2. Acaso y la rección modal en la historia del español
El adverbio acaso, relacionado con el latín casus (Corominas y Pascual, 1980-1991, s. v. caso), se encuentra en los textos, al menos, desde el siglo XIII, pero su conversión en adverbio epistémico, como se verá, es más tardía. Su origen se halla en el sintagma latino a casu,[7] lo que explica que aparezca ligado, en los dos ejemplos más antiguos conservados (siglo XIII), al verbo venir, con una clara idea de ‘suceso’:
Es, por tanto, un claro calco del latín tardío, aspecto que no se ha tomado en consideración en trabajos precedentes, pero que queda demostrado pertinentemente, a mi entender, con el siguiente ejemplo de las Etimologías de San Isidoro de Sevilla:[8]
De ahí que acaso se utilizara también en combinación con otros verbos con el mismo sentido de ‘accidentalmente’, e incluso ‘por casualidad’, sentido que lo llevó a entrar en competencia con otras formas sinonímicas, como por ocasión o por ventura (Espinosa, 2014). En el latín medieval el sintagma a casu se oponía a otros sintagmas que expresaban claramente una idea de voluntad, como ex intentione.
Eso explica la oposición que establece la forma romance acaso con el adverbio adrede, al menos desde el siglo XV:[9]
Parece lógico que el indicativo sea el modo verbal característico de la oración en construcciones principales asertivas. Es el único presente en los textos más antiguos. El recurso al subjuntivo, imperfecto o futuro, estaba ligado a ciertas estructuras sintácticas; en concreto, las oraciones condicionales con si (las más numerosas), las subordinadas con como (de sentido, causal, temporal o también condicional) y las subordinadas temporales con cuando. Al referirse al futuro, solía llevar aparejada, en muchos casos, la incertidumbre del suceso.
Resulta fundamental, a este respecto, determinar cuándo pasó esta unidad léxica a formar parte de la clase de los adverbios de duda y en qué medida ello supuso un cambio en la rección del modo verbal. Los primeros ejemplos del adverbio con valor epistémico son relativamente tempranos, pues ya aparecen en el siglo XVI en oraciones asertivas no condicionales:[10]
Su gramaticalización hubo de seguir una vía similar a la de la locución adverbial por (a)ventura,[11] con la que se hallaba en relación sinonímica, y que es mucho más antigua, pues su uso como adverbio de modalidad epistémica se remonta, al menos, al siglo XIII.[12]
Precisamente, la gramaticalización temprana de por (a)ventura queda confirmada cuando se comprueba que había adquirido la posibilidad de combinarse, desde el mismo siglo XIII, con el adverbio de duda quizá(s):
Sobre la vía seguida para el cambio semántico de la locución por (a)ventura, Barrio García (2016) sugiere una reinterpretación a partir de su uso en oraciones condicionales cuando empieza a modificar tiempos como el presente o el futuro de indicativo, al tiempo que adquiere mayor movilidad y se aleja del verbo; pero esta explicación no resulta suficiente si se piensa que la combinación con otros tiempos verbales se produce, desde bastante más temprano (al menos, desde principios del siglo XIII), en estructuras oracionales no necesariamente condicionales, como puede observarse en (17) a continuación:
Más bien cabría pensar, fuera de esas oraciones formadas por prótesis y apódosis —donde el futuro de subjuntivo está omnipresente a lo largo del periodo inicial del castellano (si por (a)ventura fuere, viere, muriere, etc.)—, que se trata de un uso como modificador de tiempos verbales de carácter hipotético —y ello en cualquier contexto oracional—, lo que permitió una cierta ambigüedad interpretativa. Así puede apreciarse en el siguiente ejemplo (18), donde el recurso al condicional simple en una oración completiva con si hace que por (a)ventura, aun manteniendo su significado inicial, revele también un importante grado de incertidumbre:
Es interesante destacar que la evolución de por (a)ventura se diferenció de la de su sinónimo de (a)ventura, que no llegó a adquirir valor epistémico.[13] Acaso, en su funcionamiento como adverbio de manera no intencional, estableció conexiones relevantes con estas locuciones. Si aparece directamente en combinación con de (a)ventura, la más frecuente (19), al menos en oraciones condicionales podía aparecer también con por (a)ventura (20); además, dio lugar a locuciones con las mismas preposiciones por y de, a saber: por acaso desde el siglo XV y, más tarde (siglo XVII), aunque con mucho menor éxito, de acaso.
Quizá siguiendo a por (a)ventura, acaso empezó a deslizarse semánticamente a partir de combinaciones con tiempos verbales como el condicional y el futuro, que favorecían lecturas hipotéticas:
En todo caso, como puede apreciarse en los ejemplos (10-13), el valor de duda que presenta el adverbio acaso no orientó necesariamente hacia el modo subjuntivo el verbo de la proposición u oración en la que se hallaba inserto. Cuando este modo verbal aparece, depende de la sintaxis oracional, que puede hacerse, a ese respecto, más variada. El siguiente ejemplo (23), aunque ya tardío, nos puede servir para ilustrar cómo el subjuntivo queda vinculado al carácter indeterminado de la proposición subordinada de relativo, y no necesariamente de la rección adverbial:
A finales del siglo XVI es posible encontrar dos textos en los que el adverbio acaso rige el pretérito imperfecto de subjuntivo en una oración independiente (24, 25).[14] Son problemáticos. El primero podría ser el resultado de una errata ortográfica o un error de edición en el que se ha tomado por pretérito imperfecto de subjuntivo un futuro simple de indicativo, tiempo habitual en el empleo de acaso como adverbio de duda. Pero también podría tratarse de un subjuntivo con valor de condicional (NGLE, 2009, p. 1808). El segundo ejemplo podría recibir la misma interpretación, aunque lo más probable es que sea resultado, más bien, de una errata (indefinido en vez de subjuntivo) y se trate, por tanto, de un acaso utilizado como adverbio de manera no intencional:
El siglo XVII no nos ha dejado, empero, ningún testimonio; habrá que esperar al siglo XVIII para encontrar ejemplos claros de la rección del subjuntivo por parte del adverbio. Esta es tanto más clara cuanto que la rección del verbo en tiempo presente elimina toda ambigüedad. Es interesante comprobar que aumentan también los casos de uso del pretérito imperfecto de subjuntivo, aunque resulta difícil determinar cuándo conserva su antiguo valor condicional.[15] Se trata de un cambio de rección que aún cabe considerar incipiente, pues esos testimonios (dejando de lado aquellos que resultan ambiguos por ser interpretables a partir de la sintaxis oracional) no son, en proporción, excesivamente numerosos, como puede apreciarse en la tabla 2 a continuación:
|
Indicativo |
Subjuntivo |
% Indicativo |
% Subjuntivo |
acaso |
280 |
12 |
96 % |
4 % |
Tabla 2. Usos del indicativo y el subjuntivo con el adverbio acaso en el siglo XVIII
En el siglo XIX, por el contrario, el uso del subjuntivo se halla más ampliamente extendido por la lengua; el avance es progresivo a lo largo de toda la centuria, aunque en ningún caso, como se ve en la Tabla 3, llega a superar al indicativo:
acaso |
1800-1850 |
1851-1899 |
||
|
Indicativo |
Subjuntivo |
Indicativo |
Subjuntivo |
|
175 |
60 |
227 |
143 |
|
74,5 % |
25,5 % |
61 % |
39 % |
Tabla 3. Usos del indicativo y el subjuntivo con el adverbio acaso en el siglo XIX
En el siglo XX el avance del subjuntivo se acelera y se aproxima al indicativo —ya en las primeras décadas—; sin embargo, a partir de ahí se estanca y su uso se mantiene estable en torno al 45 % hasta nuestros días.
1900-1930 |
1931-1960 |
1961-1990 |
2000- |
||||
Ind. |
Sub. |
Ind. |
Sub. |
Ind. |
Sub. |
Ind. |
Sub. |
217 |
166 |
246 |
198 |
315 |
264 |
193 |
156 |
56,7 % |
43,3 % |
55,4 % |
44,6 % |
54,5 % |
45,5 % |
55,3 % |
44,7 % |
Tabla 4. Usos del indicativo y el subjuntivo con el adverbio acaso en los siglos XX-XXI
Contrariamente a lo que piensa Burguera Serra (2003-2004), no parece muy probable que fuera únicamente el uso del subjuntivo en oraciones condicionales el que promoviera el paso del indicativo al subjuntivo en la rección verbal del adverbio de duda, al menos por tres razones: en primer lugar, este uso primitivo del subjuntivo alternó con el indicativo, modo que tuvo especial difusión, precisamente, en el siglo XVI, momento en que, como se ha visto, empieza la gramaticalización de acaso; en segundo lugar, el subjuntivo quedó muy limitado al pretérito imperfecto o al futuro; y, en tercer lugar, el recurso al subjuntivo afectó a distintos tipos de proposiciones subordinadas, no solo a las condicionales.
Cabe considerar que la causa debió de ser multifactorial. Si las oraciones condicionales tuvieron importancia, no está de más destacar la presencia del adverbio en ciertos contextos en que esa sintaxis oracional parece diluirse como consecuencia del alejamiento del verbo subordinado —y del adverbio que lo focaliza— de la conjunción subordinante, máxime cuando ese verbo aparece en coordinación con otro verbo conjugado en un tiempo diferente (de manera especial, el presente):
Al mismo tiempo, la semilocución conjuntiva de finalidad negativa precautoria —porque acaso…no (35)— que, difundida en los textos desde el siglo XV, regía exclusivamente el modo subjuntivo, conjugado en tiempos más variados —sobre todo el presente (36-38)—, pudo prescindir, en determinados contextos, de su parte inicial y aparecer encabezada únicamente por el adverbio acaso, lo que tendió a favorecer una mayor conexión mental entre el adverbio y el modo subjuntivo:
Y conviene no pasar por alto el influjo que pudo ejercer el más antiguo adverbio del paradigma: quizá(s), que presenta con acaso algunos paralelismos importantes. En sus primeros siglos de andadura (XIII-XV), el único modo posible es el indicativo, principalmente el futuro (39), si bien, como sucedía con acaso, es posible encontrar el modo subjuntivo vinculado a la sintaxis oracional (40).
Solo en el siglo XVI, aunque todavía con cierta timidez, se rastrean ejemplos evidentes de rección del subjuntivo en oraciones independientes, rección que se mantiene estable en la siguiente centuria. En un primer momento, se trata del pretérito imperfecto, que parece mostrar un valor condicional (41). Hacia finales de siglo aparecen otros ejemplos con tiempos más variados (42):[16]
Es muy significativo comprobar que también este adverbio formó parte de la semilocución conjuntiva de finalidad negativa precautoria mencionada precedentemente (porque quizá(s) no…), que regía un verbo en diversos tiempos del modo subjuntivo. En ese sentido, cabe considerar que quizá(s) y acaso actuaron como variantes, lo que corroboraría el proceso de gramaticalización de este último y su capacidad de operar como elemento regidor del modo verbal.
Teniendo en cuenta que se trata de un paradigma en el que la mayor parte de las unidades léxicas con valor de duda se irán sumando a esta rección del subjuntivo, queda por explicar por qué por (a)ventura que, como hemos visto, fue la primera en gramaticalizarse, no experimentó el mismo proceso de cambio en la rección del modo verbal. No cabe duda de que por (a)ventura, como quizá y como acaso, se utilizó en oraciones condicionales (45); formó parte también, en la misma medida que sus sinónimas, de la estructura sintáctica de finalidad negativa precautoria (46); y estuvo en contacto estrecho con el adverbio quizá (47).
A mi entender, la razón de esta diferencia entre las tres unidades —y las que posteriormente se incorporarán al paradigma, como tal vez (Cornillie, 2016)— debe de hallarse en la cronología. Conviene recordar que quizá comenzó tibiamente a seleccionar el modo subjuntivo en los siglos XVI y XVII, y lo hizo como una novedad que se irá asentando en el uso progresivamente, sin que en ningún momento haya llegado a desbancar al indicativo. Si, como creo, este nuevo uso arrastró, en buena medida, al adverbio acaso, cuya rección del subjuntivo es relevante solo a partir del siglo XVIII, no tuvo la fuerza suficiente para atraer a por (a)ventura, que en esos siglos había empezado a decaer como locución adverbial de duda. De hecho, si esta no ha desaparecido, ha pasado a considerarse un mero arcaísmo. Es fácil de entender que una novedad sintáctica como la rección del subjuntivo se incorporara con mayor fortuna a las unidades léxicas que se encontraban en auge en ese momento y que estaban difundiéndose ampliamente por la lengua. Por el contrario, por (a)ventura, en su retroceso, al tiempo que cedía terreno a sus competidoras, hubo de verse sometida, en mayor medida, a la inercia del uso más antiguo.
3. Conclusión
En el presente trabajo, y desde una perspectiva diacrónica, se han planteado nuevas ideas sobre el origen y la evolución del adverbio acaso en español. En primer lugar, respecto a su etimología, para la que no existía hasta la fecha una hipótesis concluyente, se ha mostrado que, con toda probabilidad, se encuentra en el sintagma latino tardío a casu; la combinatoria con el verbo venio transmitía un sentido de ‘suceso’, idéntico al que es posible encontrar en los primeros testimonios en castellano con el verbo venir.
En segundo lugar, se ha vinculado su gramaticalización como adverbio de duda con la experimentada mucho antes por la locución adverbial por (a)ventura, proceso de cambio semántico que habría que situar en contextos oracionales hipotéticos generados por el uso de tiempos verbales como el condicional o el futuro, no limitados necesariamente a estructuras condicionales canónicas de prótesis y apódosis.
En tercer lugar, se ha puesto de manifiesto que la rección del modo subjuntivo es el resultado de un cambio sintáctico bastante reciente, que se ha ido intensificando, sobre todo, desde el siglo XVIII, sin haber logrado superar en ningún momento, contrariamente a lo que sugiere la visión intuitiva de los hablantes, a la rección tradicional del modo indicativo. Las causas de este cambio sintáctico son variadas. Si la presencia del subjuntivo en oraciones condicionales pudo ayudar a preparar el terreno, hay que pensar también en otras estructuras, como las oraciones finales negativas precautorias, en las que la conjunción podía llegar a omitirse y en las que el verbo aparecía ya en distintos tiempos del modo subjuntivo. Por otro lado, y teniendo en cuenta que fue el adverbio quizá(s) el primero que experimentó esta transformación, no puede excluirse la conjetura de que este ejerciera una cierta influencia en el adverbio acaso. Como él, en el momento en que el modo subjuntivo cobraba relevancia, acaso se hallaba en plena expansión en detrimento de la unidad más tradicional por (a)ventura, que quedó así anclada en la rección del antiguo modo indicativo.
[1] Fernández Álvarez (1987, p. 7) también consideraba que seguramente se construye siempre con indicativo, añadiendo que lo hace “por razones obvias”.
[2] Por la gran cantidad de datos disponibles, he recurrido únicamente a las concordancias formadas por cada uno de estos adverbios en posición inicial absoluta y las formas verbales inmediatamente pospuestas. De ese modo se evitan concordancias ambiguas o concordancias en que, contextualmente, uno de los dos tipos de rección modal puede interpretarse orientado, más bien, por una estructura oracional superior; por ejemplo, en casos como los siguientes (el primero para el subjuntivo y el segundo, para el indicativo): “De ahí que probablemente ingresemos a una era en la cual se establecerán correspondencias mayores entre los componentes internos y externos de la seguridad” (H. Fazio Vengoa, 2002, El mundo después del 11 de septiembre de 2001); “yo creo que me está mirando y tal vez es ciego” (C. Propato, 2002, Pri: una tragedia urbana). En ese sentido, la búsqueda no es, claro está, exhaustiva, aunque sí muy indicativa.
[3] Moreno de Alba (1985, p. 124), por ejemplo, había planteado un cuestionario dirigido a cuarenta informantes, de los cuales el 60 % prefirió el subjuntivo. Santos Río (2003, s. v. acaso) también afirmaba la preferencia de este adverbio por el subjuntivo.
[4] Lorenzo (1994, pp. 279-280), desde una perspectiva histórica al comparar la rección de acaso y a lo mejor, sugería de manera poco acertada —como se verá a lo largo de estas páginas— un proceso actual de decadencia del subjuntivo, que “corre peligro de ver limitado su viejo ámbito de vigencia”.
[5] He defendido esta idea desde mis primeros trabajos encaminados a sentar las bases de un nuevo diccionario histórico.
[6] El CDH permite distinguir entre la posible fecha de composición del texto y la fecha del manuscrito en que este se conserva, lo que supone poder afinar en la cronología de ciertos vocablos. No obstante, este corpus no recoge los textos anteriores al siglo XIII; de ahí que el CORDE sea un complemento esencial, siempre que tratemos con la suficiente precaución algunos de sus documentos, como los fueros, muchos de los cuales se conservan en manuscritos tardíos que no se corresponden necesariamente con la fecha de su composición.
[7] Y no ad casum, que también plantea, entre otras hipótesis, Rodríguez Molina (2013) siguiendo a Müller.
[8] Se trata de un significado que se va a encontrar también en la combinación ser acaso: “Et si acaso será (que) los dichos de Guesca no vendrán fasta el tienpo conposado con ellos” (1472-1492, Documentación medieval de la Corte del Justicia de Ganaderos de Zaragoza, ed. José Antonio Fernández Otal).
[9] Precisamente, Espinosa y Sánchez Lancis (2006) sugerían un origen de acaso en la imitación de adrede lo que, a la luz de los datos que acabo de exponer, es descartable, lo mismo que la hipótesis de Burguera Serra (2003-2004) de una analogía con otros adverbios o una simple formación romance a partir de la consolidación del esquema prep. + sust.
[10] Como también señala Barrio García (2016 y 2020). Rodríguez Molina (2013) situaba la gramaticalización del adverbio en el siglo XVII.
[11] Espinosa y Sánchez Lancis (2006) señalan que no han encontrado en latín tardío el equivalente *per adventuram, pero entienden que el inglés peradventure podría dar testimonio de esta forma reconstruida. Hay que decir que peradventure se remonta solo al año 1300 y es fácilmente interpretable como un préstamo del francés, lo que confirma el OED (s. v. peradventure). No obstante, el hecho de que en francés, como en español, exista esta locución desde muy temprano (finales del siglo XI) permite mantener esta hipótesis del origen en el latín tardío.
[12] En lo que concuerdo con Rodríguez Molina (2013) y no con Barrio García (2016), que lo retrasa hasta el siglo XIV.
[13] No se cita esta locución, por cierto, en los trabajos sobre los adverbios de manera no intencionales.
[14] El ejemplo de La Celestina que cita Ridruejo (1986) no contiene un presente de subjuntivo regido por el adverbio acaso, sino una forma temporal-modal dependiente de una oración condicional encabezada por la conjunción si. El ejemplo es el siguiente: “O si por acaso los labradores perros […] le ayan mordido”. En las ediciones de los corpus históricos, no encontramos, sin embargo, el adverbio acaso, sino el sustantivo caso: “O si por caso…”.
[15] Todas las tablas a continuación omiten los ejemplos de acaso en oraciones interrogativas. Se toman en consideración únicamente las oraciones encabezadas por el adverbio en posición inicial absoluta.
[16] Ridruejo (1986, 1990) ya puso de manifiesto que en los primeros siglos de andadura de nuestra lengua los adverbios de duda y posibilidad solo regían el indicativo y planteó una extensión de la rección del subjuntivo a este tipo de unidades partir del siglo XV desde los verbos de temor y duda, en los que, a pesar de su selección tanto de indicativo como de subjuntivo, “está siempre presente el rasgo ‘duda’, ‘desconocimiento’” (1990, p. 218). Supone el autor que ese es el rasgo asociado al subjuntivo; de ahí que estos adverbios, en oraciones independientes, terminen asumiendo también este modo verbal.
5. Referencias bibliográficas
Ahern, A. (2008). El subjuntivo: contextos y efectos. Arco/Libros.
Barrio García, A. (2016). De lo imprevisto a la duda. Por (a)ventura, acaso y a lo mejor. En C. García de Lucas y A. Oddo (eds.), Magister dixit: Mélanges offerts à Bernard Darbord par ses collègues et ses disciples (pp. 31-44). Publications Du CRIIA. Université Paris Ouest Nanterre La Défense.
Barrio García, A. (2020). L’expression de la modalité épistémique en espagnol : Étude diachronique des modalisateurs de doute. Presses universitaires de Paris Nanterre.
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Nota sobre el autor
Rafael García Pérez es Doctor en Filología por la Universidad de Salamanca y por la Université Sorbonne Paris Nord (Paris 13), donde formó parte del Laboratorio de Lingüística Informática (CNRS). Ha sido profesor en la Université Sorbonne Paris Nord (Paris 13), en la Université Paris Cité (Paris VII), en la Háskóli Íslands y en la Universidad Carlos III de Madrid. Su principal línea de investigación es la historia de la lengua y, más concretamente, la lexicología y la lexicografía históricas. Ha publicado numerosos trabajos relacionados con la evolución del léxico y con la confección de un nuevo diccionario histórico. Ha participado como coordinador en el proyecto de Nuevo diccionario histórico (NDHE) de la Real Academia Española y en otros proyectos de investigación nacionales centrados en la historia de la lengua y la elaboración de un diccionario histórico.
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