Philologica Canariensia 31 (2025), pp. 351-353                                                            

DOI: https://doi.org/10.20420/Phil.Can.2025.774                                                                                                                                                                         

Recibida: 20 de enero de 2025; versión revisada aceptada: 25 de enero de 2025

Publicada: 30 de mayo de 2025

 

 

 

Ángeles Encinar (ed.), Territorios imaginarios de Luis Mateo Díez. Madrid: Instituto Cervantes, 2023. 317 páginas. ISBN: 978-84-18210-45-7. 

 

 

Belén González Morales

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

ORCID: 0000-0002-7859-4537

 

 

La colección “Las ínsulas prometidas”, editada por el Instituto Cervantes para ofrecer una lectura crítica de la obra de escritores hispánicos contemporáneos, publica como segunda entrega este libro dedicado a Luis Mateo Díez. El origen de estas páginas es el homenaje que dicha institución brindó al autor en septiembre de 2022 para celebrar su octogésimo cumpleaños. Pocos meses después, Díez recibió el Premio Cervantes, que reconoció una trayectoria distinguida con el Premio Nacional de las Letras Españolas (2020) y, en dos ocasiones, con el Premio de la Crítica (1986, 1999) y el Nacional de Narrativa (1987, 2000).

El volumen es una contribución actualizada e indispensable para conocer esta voz imprescindible de las letras contemporáneas. Está editado por la profesora Ángeles Encinar, una de las máximas especialistas en la obra del escritor leonés, que suma esta nueva aportación a las dos publicaciones académicas realizadas, junto a Ana Casas y Natalia Álvarez Méndez, respectivamente, El arte de contar. Los mundos ficcionales de Luis Mateo Díez y José María Merino (Cátedra, 2017) y Minicuentos y fulgores. Homenaje a Luis Mateo Díez y José María Merino (Eolas, 2022), y a las ediciones de Invenciones y recuerdos (Eolas, 2020) y Celama (un recuento) (Alfaguara, 2022).

Tras una breve presentación de Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, el libro incluye un prólogo de Ángeles Encinar y veinte artículos que examinan la narrativa de Díez desde diversos ángulos. Segmentado en dos partes, la primera, titulada “Perspectivas críticas”, contiene once trabajos de estudiosos que ofrecen nuevas lecturas de la producción de Díez. La segunda, encabezada por el rótulo “Miradas de autor”, aglutina nueve reflexiones de escritores actuales sobre la impronta del leonés en la literatura y en su producción. Cierran el volumen el texto “Homenaje”, que Díez pronunció con motivo del citado reconocimiento organizado por el Instituto Cervantes, una nota sobre los autores de los capítulos y una bibliografía del literato. 

El prólogo de Ángeles Encinar, titulado “Grandeza de un fabulador”, presenta una panorámica sobre la producción de Díez, que ha cultivado todos los géneros literarios. La editora explica las claves de su trayectoria, erigida sobre la tríada lenguaje, imaginación y memoria. Entre los fundamentos de la obra del leonés, destaca su hibridez, el lirismo de su impronta onírica y simbolista, la capacidad para construir personajes inolvidables, la expresión ajustada, surrealista o expresionista de la realidad, el dominio de la oralidad y el humor. Además, Encinar sitúa a Díez en la tradición cervantina, debido a que su palabra rezuma rigor estético y conocimiento de la naturaleza humana.

En la sección “Perspectivas críticas”, se reúnen, de lo general a lo particular, ensayos teórico-críticos. Inaugura esta primera parte Víctor García de la Concha con un acercamiento a la geografía mítica de Celama. El segundo trabajo está firmado por Santos Sanz Villanueva, que escudriña el asentamiento de Luis Mateo Díez en el canon y la opinión pública. Rastrea su evolución a través de reseñas periodísticas de su autoría publicadas en diferentes medios de comunicación nacionales sobre obras impresas entre 1999 y 2022. Su lectura, centrada en la etapa que abre La ruina del cielo (1999), desvela los resortes de la creación del novelista, marcada por la visión elegiaca del mundo, la configuración alegórica de la realidad, las preocupaciones existenciales, el imaginario surrealista y diferentes formas de humorismo. En la tercera contribución, Natalia Álvarez Méndez explora las enfermedades del alma en la obra de Luis Mateo Díez. Se centra en la importancia de la melancolía y en cómo se liman sus efectos mediante el humor y se convierte la enfermedad en una manera de ganar perspectiva sobre la propia vida y renovar su fe en ella. El cuarto capítulo, de Asunción Castro Díez, aborda la construcción simbólica y metafórica del espacio en la narrativa de Luis Mateo Díez. La autora repara en la configuración de los espacios rurales y urbanos a partir de la experiencia de Díez, que crea una topografía imbricada con otros componentes estructurales del relato. En el quinto ensayo, Domingo Ródenas de Moya hace un recorrido por la obra del escritor en el que se resalta la relevancia de la oralidad y la polifonía.

Con el sexto texto, de Ana L. Baquero Escudero, se inician los estudios críticos más específicos de la obra de Díez. El suyo se dedica a El diablo meridiano (2001), ejemplo de la pericia del literato para asumir los retos de la novela corta. La séptima aportación, de Luis Beltrán Almería, explora las conexiones entre la novela y el cuento en Celama (un recuento) (2022). El crítico indaga en cómo influyen en esas relaciones el hermetismo, el humorismo y el ensimismamiento e incide en la concepción educativa de la prosa de Díez. El octavo ensayo, de Maria Vittoria Calvi, se dedica al tema de la vejez en Los ancianos siderales (2020). La autora ahonda en la maestría del leonés para evocar el declive físico y mental individual y la decadencia social. El noveno capítulo, escrito por Ángeles Encinar, profundiza en Juventud de cristal (2019) desde la perspectiva del mito de la juventud y la conocida cinefilia de Díez. En el décimo estudio, María Payeras Grau analiza Días del desván (1997) y reflexiona sobre la evocación de la infancia y el ensamblaje entre la materia autobiográfica, histórica y narrativa, para concluir que es una obra en la que se pueden rastrear los orígenes identitarios y narrativos de Luis Mateo Díez. El undécimo escrito, de José María Pozuelo Yvancos, versa sobre La gloria de los niños (2007). El crítico escruta el tejido intertextual que sustenta la narración, basado en el cuento infantil, el neorrealismo y la fantasía simbólica, y en el humor y la ironía compasiva, que dotan a esta obra de una filosofía moral vitalista.

La segunda parte del libro, titulada “Miradas de autor”, recoge la visión personal de escritores actuales sobre la obra de Luis Mateo Díez. Se inicia con un texto de Pilar Adón, en el que valora la construcción de personajes por parte del leonés, el motivo de la huida en su obra y la calidad de sus novelas cortas. Le sigue la aportación de Paloma Díaz-Mas, que trata la impronta de la tradición oral en Apócrifo del clavel y la espina (1977) y subraya la universalidad de la producción de Díez. En la misma línea se sitúa el tercer capítulo, de Adolfo García Ortega, quien califica Camino de perdición (1995) y Mis delitos como animal de compañía (2022) de obras maestras de la literatura europea y considera a su creador un heredero de la tradición de los Siglos de Oro, un portento en el manejo de la oralidad, la deformación y la construcción de una topografía espectral. Mención especial merece el cuarto texto, de Manuel Longares, que es un fragmento dedicado a Luis Mateo Díez destinado a una futura novela. En quinto lugar, José María Merino rememora anécdotas personales de su compañero de generación y reivindica la importancia del mundo mítico de Celama desde sus antecedentes hasta Celama (un recuento). Esa obra también es el objeto de atención de Julia Otxoa, quien se detiene en su introducción, en concreto en las relaciones entre realidad y ficción, comparando “Viaje a Celama” con El Quijote (1605, 1615) de Cervantes y Las meninas (1656) de Velázquez. En séptimo lugar, Ernesto Pérez Zúñiga escoge la epístola para expresar su admiración por el autor leonés, de quien ensalza su capacidad de innovación, siempre desde el equilibrio entre tradición y vanguardia. La penúltima contribución es la de Soledad Puértolas, que repara en la significación de la memoria, la pérdida, la nostalgia y las edades de la vida a partir de la lectura de piezas de Brasas de agosto (1989) y Los males menores (1993). Finalmente, Clara Sánchez realiza un retrato de Díez y señala algunas claves de su escritura, como el tiempo, la construcción de personajes, los límites de lo real y la muerte. Cierran el conjunto de textos las palabras del propio homenajeado, quien se declara un heredero de la tradición y el legado imaginario de la gran literatura.

La conjunción entre voces críticas expertas que estudian la narrativa de Luis Mateo Díez y la de escritores actuales que reflexionan sobre la influencia de su literatura hace de esta obra poliédrica un libro valioso tanto para aquellos conocedores de la producción del leonés como para quienes se quieran aproximar a su trayectoria artística y personalidad. La perspectiva amplia y la variedad de enfoques que ofrece este volumen, cuidadosamente editado por Ángeles Encinar, es una contribución necesaria sobre una de las voces más relevantes de la literatura actual.

 

Nota sobre la autora

 

Belén González Morales es doctora en Literatura y Teoría de la Literatura y profesora contratada doctora de Literatura española en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Sus líneas de investigación comprenden la literatura española contemporánea, la literatura comparada, en especial las relaciones entre la cultura literaria y la audiovisual y las poéticas de la insularidad, sobre las que ha reflexionado en diversas publicaciones.

 

 

 

 

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