Philologica Canariensia 21 (2015), 177-182     

eISSN: 2386-8635

DOI: https://doi.org/10.20420/PhilCan.2015.0041

Recibido: 15 de octubre de 2015; aceptado: 14 de noviembre de 2015

Publicado: 21 de noviembre de 2015 

 

 

 

 

Esther Martínez Olmos. El léxico disponible de las comunidades de habla alicantinas. Estudio sociolingüístico y diccionarios. Alicante: Publicacions de la Universitat d’Alacant, 2015. 287 páginas. ISBN: 978-84-9717-370-4.  

 

 

BIANCA MANUELA SANDU

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

 

 

Esta “modesta aportación” (17) al magno proyecto panhispánico de disponibilidad léxica, dirigido y coordinado por Humberto López Morales, tal como la define la autora en la introducción, es, en realidad, una excelente contribución, que analiza de forma minuciosa el léxico disponible en la variedad castellana estándar en el marco geográfico integrado por varias comunidades de habla alicantinas. Este trabajo representa, por tanto, el primer estudio del léxico disponible de la frontera lingüística catalano-castellana meridional, y parte de la hipótesis de que a mayor competencia comunicativa bilingüe en la comunidad de habla, mayor presencia de transferencias del vernáculo, sobre todo en las áreas temáticas más próximas al ámbito de uso privado o familiar. 

Las dos partes que contiene el libro se distinguen por su carácter teórico y empírico, respectivamente. La primera de ellas abarca los capítulos iniciales, mientras que la segunda comienza a partir del capítulo cuatro.

El primer capítulo tiene como objetivo situar el trabajo en el marco teórico adecuado, por lo que en él descubrimos el origen y la configuración de la disponibilidad léxica, junto con información relevante sobre el proyecto panhispánico. Otro aspecto de gran valor de esta primera parte de índole teórica es la aplicación de la disponibilidad léxica a la sociolingüística. Así, el segundo capítulo nos habla del interés que los investigadores han mostrado, desde los comienzos de estos estudios, por la incidencia de ciertos factores sociales sobre la disponibilidad léxica. También se recoge información de extraordinaria riqueza sobre las unidades de análisis, apartado en el que se aclaran los conceptos de vernáculo vs. estándar, por un lado, y el de comunidad de habla vs. comunidad lingüística, por otro.

Un tercer apartado teórico refleja lo innovador del presente trabajo, pues lo que se propone es estudiar la disponibilidad léxica de estudiantes preuniversitarios en cuatro comunidades de habla alicantinas. Además de la caracterización geográfica, demográfica y socioeconómica de esta provincia, Martínez Olmos lleva a cabo un minucioso análisis documental sobre la situación sociolingüística actual de la provincia de Alicante, que se caracteriza por ser “una encrucijada lingüística, social y cultural” (58) y que integra las siguientes comunidades de habla: 1) la  Marina (Alta y Baixa), el Comtat y l’Alcoià, zona de bilingüismo con predominio del valenciano; 2) l’Alacantí-el Vinalopó, zona de bilingüismo activo con predominio del castellano; 3) Bajo Segura (excepto Guardamar y Barba-Roja), zona de bilingüismo pasivo con predominio del castellano, y 4) el Alto Vinalopó (Villena y Sax), zona de bilingüismo pasivo con predominio del castellano.

   En la segunda parte del libro, de carácter empírico, se plantean las hipótesis de trabajo y se describen las variables analizadas, que son las siguientes: “sexo/género” (hombre/mujer), “centro educativo” (público/privado), “tipo de hábitat” (urbano/rural), “ubicación geográfica” (litoral/interior), “nivel sociocultural” (medioalto/medio-medio/medio-bajo), y “comunidades de habla alicantinas”, ya mencionadas anteriormente. La muestra está formada por 460 alumnos que realizaron las encuestas en 1994 y en 2003. Todos ellos recibieron el modelo de encuesta común al proyecto panhispánico de disponibilidad léxica, que consiste en una primera parte con preguntas de índole extralingüística, y en una segunda que contiene las 16 áreas temáticas que se acordaron para el magno proyecto. 

A continuación, la autora presenta de una forma exhaustiva y rigurosa las decisiones tomadas a la hora de editar los datos, muy consciente de que se trata de una “compleja tarea, pues han de resolverse ciertos problemas específicos que arrojan los listados” (75). Para ello se basa en los criterios fijados por Samper (1997) y su equipo en Gran Canaria, por su “rigurosidad metodológica y claridad” (76). 

En el capítulo del análisis cuantitativo se presentan los resultados generales, que ponen de manifiesto la mayor riqueza léxica de los campos “los animales”, “alimentos y bebidas” y “partes del cuerpo” cuando se analiza el número de palabras. En el otro extremo se encuentran “calefacción e iluminación” y “trabajos del campo y del jardín”. La autora lleva a cabo un estudio comparativo de los resultados generales con los obtenidos en otras comunidades de habla hispánicas, como Asturias (Carcedo, 2001), Cádiz (González, 2002), Madrid (Benítez, 1992), Salamanca (Galloso, 2003), Soria (Bartol, 2004) y Valencia (Gómez y Gómez, 2004), y encuentra una coincidencia absoluta entre los tres primeros rangos, excepto con la comunidad de habla soriana, que concede a “partes del cuerpo” la cuarta posición. 

El análisis de los vocablos obtenidos da resultados bien distintos, pues los centros con más riqueza léxica son ahora “el campo”, “la ciudad” y “juegos y distracciones”, mientras que entre los menos productivos se encuentran “medios de transporte”, “la ropa” y “partes del cuerpo”. El cotejo con las comunidades de habla señaladas en el párrafo anterior muestra un aumento en las diferencias cuando se tiene en cuenta este parámetro, lo que puede deberse a las distintas pautas que se siguen a la hora de editar los datos, según indica la autora. 

Con el análisis del índice de cohesión se establece que “partes del cuerpo”, “la ropa” y “los animales” son los centros más cerrados o compactos, mientras que “trabajos del campo y del jardín”, “el campo” y “la ciudad” son los más abiertos o difusos. Con estos resultados se corrobora una de las hipótesis del trabajo, a saber, se da una relación directa entre los campos más cerrados y las áreas temáticas incluidas en el currículo de léxico escolar. La comparación con las otras comunidades de habla hispánicas muestra asimismo una mayor cohesión entre las respuestas ofrecidas en las áreas “partes del cuerpo” y “la ropa” y una mayor divergencia en “trabajos del campo y del jardín” y “el campo”.

En el apartado en el que se analizan las variables sociales y su incidencia hallamos que el factor ‘sexo/género’ influye en la disponibilidad léxica de los alumnos, pues las mujeres superan a los hombres en casi un punto (0,79); a pesar de ello, la investigadora aclara que no se trata de valores demasiado significativos, sobre todo si se compara con otras comunidades de habla hispánicas. La siguiente variable social analizada es ‘centro educativo’, en la que, a pesar de indicar la ventaja de la submuestra privada sobre la pública, la autora señala que se trata de una cantidad moderada, lejos de los resultados concluyentes de otros estudios de la misma índole. 

Con relación a la variable ‘tipo de hábitat’, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las investigaciones, este estudio descubre una mayor productividad léxica en el tipo de hábitat rural. La variable ‘ubicación geográfica’ destaca la ventaja de la variable litoral en más de un punto en relación con la interior, mientras que el análisis cuantitativo de la incidencia del ‘nivel sociocultural’ no encuentra una superioridad léxica del nivel sociocultural medio-alto sobre el medio-medio, sino que el sociolecto medio-medio supera moderadamente al medio-alto y sobrepasa significativamente al medio-bajo en 1,16 palabras. El estudio de la variable ‘comunidades de habla alicantinas’, la más novedosa en el marco de los estudios de disponibilidad, confirma que se da un mayor rendimiento léxico en los estudiantes procedentes de la comunidad de habla más castellanizada, el Alto Vinalopó (Villena). 

Como suele suceder en los trabajos sobre disponibilidad léxica, el análisis cualitativo viene a completar el cuantitativo, lo que le permite a Martínez Olmos describir y analizar de manera exhaustiva el vocabulario más disponible de los alicantinos. Para ello, la autora se decide por el número 50 como cifra de corte de distintas submuestras sociales, por la “estabilidad y homogeneidad proporcionada por dicho valor a los conjuntos comparados” (181). 

Al analizar el vocabulario más disponible de hombres y mujeres, se encuentra un promedio de compatibilidad léxica del 83,6% con diferencias mínimas, de manera que no puede afirmarse que esta variable influya en forma determinante en el material léxico recogido. Un análisis exhaustivo de la naturaleza de los vocablos que se recogen en los listados nos dice que, en general, las mujeres son más permeables a las transferencias léxica de otras lenguas que los hombres; asimismo, se pone de manifiesto que las mujeres tienden a actualizar más sintagmas de especificación. 

Tampoco se encuentran diferencias significativas cuando se estudia la variable ‘centro educativo’, donde se halla un promedio de compatibilidad léxica en todos los campos semánticos de un 83%; no obstante, la autora destaca una mayor proporción de sintagmas de especificación de los alumnos de instituciones privadas y que en el listado público se encuentran, en el centro 13, algunas transferencias léxicas del catalán para hacer referencia a ciertas tareas agrarias. Los alumnos alicantinos coinciden en un 83,1% del vocabulario actualizado cuando se analiza la variable ‘tipo de hábitat’, donde se detecta un mayor número de transferencias léxicas del catalán entre los alumnos de centros rurales, lo que no sorprende a la autora, pues es en ese entorno donde pervive de forma más arraigada el vernáculo valenciano.

El análisis del siguiente condicionante, ‘ubicación geográfica’, descubre una compatibilidad léxica global de un 82% sin ninguna divergencia que merezca la pena mencionar. En cuanto al ‘nivel sociocultural’, a pesar de una alta coincidencia en las respuestas de los distintos subgrupos, de un 84,6%, Martínez Olmos encuentra diferencias sociolectales considerables en el léxico y una mayor proporción de transferencias léxicas del catalán —en su variedad valenciana— en el nivel sociocultural medio-bajo. Con el análisis cualitativo de la variable ‘comunidades de habla alicantinas’ se pone de manifiesto una compatibilidad léxica de tan solo un 74,1% y la presencia de transferencias léxicas del catalán, en su variedad valenciana, en las comunidades de habla alicantinas donde el valenciano sigue muy arraigado, sobre todo en el centro 13 ‘Trabajos del campo y del jardín’.

El penúltimo capítulo del libro tiene un gran valor ya que representa una amplia y documentada sección que ofrece un panorama muy actual sobre los estudios de multilingüismo social y especialmente sobre la aplicabilidad de la disponibilidad léxica a esta situación de frontera lingüística. Además de mencionar a los pioneros en este campo, la autora destaca dos obras que contribuyen significativamente a entender el fenómeno de lenguas en contacto desde la disponibilidad léxica: Gómez y Gómez (2004), estudio que analiza la transferencia del valenciano en el castellano estándar, y Llopis y Gómez Devís (2010), que estudia la transferencia del vernáculo castellano en el estándar valenciano. También se explica de forma rigurosa el proceso de transferencia léxica a través de la obra de Gimeno y Gimeno (2003), quienes proponen una tipología de la transferencia léxica basada en la mayor o menor integración lingüística y social del préstamo. 

Tras esta disertación teórica, la autora lleva a cabo un riguroso análisis de las transferencias léxicas del catalán y también de otras lenguas en la disponibilidad léxica de las comunidades de habla alicantinas con el fin de descubrir si los catalanismos hallados están aceptados socialmente en la comunidad de habla analizada. Con este fin, se analiza la frecuencia absoluta y se señala la escasa presencia de transferencias del catalán en prácticamente la totalidad de los campos léxicos. Cuando se analizan las áreas más próximas al ámbito familiar, se observa que el número de transferencias del catalán supera al del resto de las lenguas. Otro dato relevante es que a mayor competencia bilingüe en catalán, mayor actualización en la encuesta de transferencias no solo del catalán, sino del inglés, francés e italiano. 

Del mismo modo, se estudia la posición y la frecuencia relativa de las transferencias léxicas del catalán y quiénes actualizan dichas palabras, es decir, las mujeres, los alumnos de los centros públicos o de los centros educativos ubicados en comunidades de habla con un bilingüismo activo, bien con predominio del castellano, bien del valenciano, y los informantes del nivel sociocultural medio-medio.

Tenemos, por tanto, en nuestras manos una valiosa aportación al proyecto panhispánico de disponibilidad léxica, que no solo contribuye a completar el mapa lingüístico español, sino que también ofrece un minucioso análisis documental sobre la aplicación de esta línea de investigación al multilingüismo social, corroborando su hipótesis de partida que establece que a mayor competencia comunicativa bilingüe en la comunidad de habla, mayor transferencia lingüística del vernáculo. 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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