Philologica Canariensia 24 (2018), pp. 55-75
eISSN: 2386-8635
DOI: https://doi.org/10.20420/PhilCan.2018.197
Recibido: 12 de febrero de 2018; aceptado: 13 de junio de 2018
Publicado: 18 de julio de 2018
ESTUDIO SOCIOLINGÜÍSTICO DEL DISCURSO REFERIDO COMO CATEGORÍA Y CONTINUUM EN EL ESPAÑOL HABLADO DE CARACAS*
MARÍA JOSÉ GALLUCCI
Universidad Central de Venezuela / Universidad de Zaragoza
RESUMEN: En este estudio consideramos el discurso referido (DR) como una categoría en la que se agrupan como un continuum diferentes formas. A partir del análisis de un conjunto de muestras orales del Corpus sociolingüístico de Caracas 2004-2013 –o PRESEEA-CA– (Bentivoglio y Malaver, 2006, 2012; Gallucci, González y Malaver, 2013) estratificadas según la edad, el sexo y el grado de instrucción de los hablantes, identificamos seis tipos principales de citas –que denominamos propias o propiamente de DR– y dos periféricas –o impropias–. Además de la clasificación y de los criterios metodológicos empleados para el análisis del DR en conversaciones semidirigidas, describimos su distribución en la muestra, con especial referencia a la cita directa, y en relación con las variables sociales antes descritas.
PALABRAS CLAVE: discurso referido, continuum, sociolingüística, PRESEEA, español de Caracas
Sociolinguistic study of reported speech as both a category and a continuum in the spoken Spanish of Caracas
ABSTRACT: In this study we consider reported speech (RS) as a continuum of different forms. Based on the analysis of spoken discourse from Corpus sociolingüístico de Caracas 2004-2013 –or PRESEEA-CA– (Bentivoglio y Malaver 2006, 2012; Gallucci, González y Malaver, 2013), which is stratified by age, sex, and educational level, we identify six main types of quotes –which we call proper of RS– and two peripheral types –or improper–. In addition to our classification and methodological criteria for the analysis of RS in semi-structured conversations, we describe its distribution on the sample, with special reference to the direct speech and to the social variables described above.
KEYWORDS: reported speech, continuum, sociolinguistics, PRESEEA, Spanish spoken in Caracas
La reflexividad lingüística es la propiedad del lenguaje que hace posible que los hablantes puedan reproducir –o referir– las palabras propias o ajenas que efectivamente tuvieron lugar o que son imaginarias, como cuando el locutor las pone en boca de otro aunque no hayan sido efectivamente pronunciadas.1 Mediante esta propiedad, que se materializa a través de diversos canales semióticos, tales como marcas prosódicas o animaciones (cf. Niemelä, 2010, 3258), tiene lugar la citación o reproducción del discurso. Como explican Cliff y Holt (2007, 2), se trata de un fenómeno que se ha analizado desde diferentes disciplinas y desde puntos de vista también diversos, entre ellos la gramática tradicional y la lingüística textual (Gallucci, 2014).2 Las investigaciones que se han llevado a cabo sobre el tema en los últimos años se han centrado, sobre todo, en el análisis del estilo directo (ED) e indirecto (EI), que son los mecanismos de citación tradicionalmente analizados (Berenguer, 1994; Cameron, 1998; Girón Alconchel, 1998; van der Houwen, 1998, 2000; Fairclough, 1999; Benavent Payá, 2002, 2003, 2015; Camargo, 2004; Mateus, 2005; Gallucci, 2010, 2013, 2014; Sánchez, 2010; Fernández, 2011; Vargas, 2014; San Martín y Guerrero, 2013; San Martín, 2015; Estévez Rionegro, 2016; Repede, 2017).
El objetivo de este estudio es analizar qué tipos de enunciados de DR se reconocen en una muestra del español venezolano y, con especial énfasis en la cita directa, describir de qué manera estas distintas formas de DR se relacionan como un continuum. Para tal fin, tomaremos en cuenta tanto las características pragmáticas del tipo de entrevistas analizadas –conversaciones semidirigidas– como una serie de variables inherentes a una muestra socialmente estratificada.
En primer lugar, debemos destacar que el DR es, en consonancia con el carácter reflexivo del lenguaje, una estructura textual o discursiva de complejidad variable que surge como “resultado de un acto de enunciación de carácter citativo” (Méndez García de Paredes, 2009, 483). Esto permite que dentro del DR se integren elementos discursivos procedentes de actos de enunciación ajenos efectiva y realmente proferidos, o bien recreados e imaginados por el propio acto de enunciación.
Por su propia naturaleza el DR suele aunar en su estructura dos componentes discursivos: un componente contextualizador del acto de enunciación referido y la cita propiamente dicha:
Al citar, el hablante convoca en su propio discurso estructuras lingüísticas que tienen como referencia actos de habla proferidos por otro hablante en el marco de una situación enunciativa diferente […] En cada proceso de citación, el hablante, además de intervenir sobre un material discursivo y textual ajeno, lleva a cabo, también, una transformación en el mensaje citado de suma importancia: el contenido al que remite la cita pierde su vinculación con lo real del mundo, para adquirir su referencia en otro discurso […] Se trata, por tanto, de una operación discursiva en la que un sujeto locutor que reproduce (Lr) propone a un interlocutor (Ir) un decir mediatizado cuya referencia se ancla en otra situación de enunciación totalmente diferente: la que un locutor originario (Lo) mantiene con otro interlocutor originario (Io) al que le propone cierto estado de cosas (Méndez García de Paredes, 2009, 483-484).
A simple vista, la inserción de una situación de enunciación en otra y las relaciones intersubjetivas que se producen en el discurso podrían considerarse una tarea con pocas dificultades, como explican García Negroni y Tordesillas (2001, 162). Sin embargo, como señalan las mismas autoras, esto es apenas “la parte visible de una gran cantidad de fenómenos lingüísticos que provienen de una problemática más general, la de la heterogeneidad” del discurso, es decir, “el encuentro en la misma unidad discursiva de elementos originarios de diferentes fuentes de enunciación” (2001, 162). Por esta razón es necesario estudiar las distintas posibilidades que ofrece el sistema de la lengua para “inscribir varias ‘voces’ en la misma enunciación, las diferentes escenas enunciativas que se generan, la responsabilidad del hablante con su discurso” y los contextos en los que tiene lugar (2001, 162-163).
Tomando como punto de partida el planteamiento de Girón Alconchel (2006), en este trabajo hemos considerado el DR como categoría lingüística en la que se integran enunciados pluriformes de DR, en virtud de que
Entre el discurso directo (DD) –tradicionalmente identificado con un esquema paratáctico– y el discurso indirecto (DI) identificado, a su vez, con el esquema de subordinación de la completiva de objeto directo (OD)– se descubre una serie de variantes intermedias que corresponden a determinados esquemas hipotácticos y a otros que son variantes menos prototípicas de la parataxis y de la subordinación prototípicas. En su conjunto todas estas formas y variantes del DR integran también un continuum que nos permite hablar de la categoría lingüística de la reproducción o del discurso referido (Girón Alconchel, 2006, 395).
Considerar el DR como categoría en la que se integran como un continuum diferentes formas de representar y/o reproducir el discurso (Tannen, 1989; Girón Alconchel, 1988, 2006; Semino, Short y Culpeper, 1997; Méndez García de Paredes, 1999, 2009; Fludernik, 2013) supone ir más allá de las formas de citación tradicionalmente consideradas (ED o DD, EI o DI) restringidas sobre todo a la escritura. En esta investigación esa escala o continuum que describiremos más adelante no está compuesta por categorías rígidas e incluye desde la reproducción de citas tradicionalmente definidas como “literales” hasta la referencia general a otros actos de comunicación.
Para llevar a cabo esta investigación, hemos seleccionado una muestra de 16 hablantes del Corpus sociolingüístico de Caracas 2004-2013 –o PRESEEA-CA–estratificados en cuotas de afijación uniforme según edad, sexo y grado de instrucción, como puede observarse en la tabla 1:3
Grupo generacional |
20-34 años |
55 años y + |
Total |
||
Instrucción/Sexo |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
|
Grado 1 |
2 |
2 |
2 |
2 |
8 |
Grado 3 |
2 |
2 |
2 |
2 |
8 |
Total |
4 4 |
4 4 |
16 |
||
|
8 |
8 |
|
Tabla 1. Distribución por cuotas de los hablantes de la muestra
Siguiendo el planteamiento de Tognini-Bonelli (2004), en el análisis de las distintas formas del DR que presentaremos hemos adoptado una combinación del enfoque guiado por el corpus y del enfoque basado en el corpus. Según el primero, las formas escogidas son producto de la evidencia que arroja el propio corpus; en nuestro caso, datos reales que se producen en situaciones también reales de comunicación. En cambio, en el segundo, el corpus se emplea para explicar categorías ya existentes o predeterminadas, bien sea en gramáticas, estudios previos, etc. Hemos identificado seis tipos de citas –que hemos denominado propias o propiamente de DR– y dos periféricas –o impropias–. Hemos denominado a este segundo tipo de citas como impropias porque, aunque también en ellas se manifiesta la reflexividad del lenguaje, ello sucede en menor medida que en las anteriores, es decir, a diferencia de las primeras, que reproducen información y especifican el contenido citado, las citas impropias refieren un discurso, pero no lo reproducen.
Las citas que hemos clasificado como propias son las que más usan los hablantes de la muestra. Constituyen casos claros de heterogeneidad mostrada (Authier-Revuz, 1984) y, como ya hemos comentado, se caracterizan porque en su interior siempre hay reproducción, bien sea de naturaleza verbal (palabras, interjecciones, onomatopeyas) o gestual.
En este grupo incluimos el discurso directo, el discurso indirecto, la cita mixta, la cita de paralenguaje, la cita de gestos y los ecos. En los apartados que siguen nos detendremos en cada uno de estos tipos de citas.
Según los datos extraídos de nuestras muestras, en entrevistas semidirigidas orales la cita directa puede manifestarse al menos de seis formas –o a través de seis marcos introductores distintos–:4
En nuestras muestras, el discurso indirecto se ha manifestado mediante tres formas o variantes:
En este punto es fundamental aclarar que en las conversaciones que analizamos el DIL no funciona de la misma manera que en la literatura. Mientras que en esta última el DIL se caracteriza casi siempre por la confluencia de los puntos de vista del narrador de la historia y del personaje, en nuestro caso el requisito fundamental para clasificar un enunciado citativo como DIL es que estuviera estructurado como una cita indirecta, pero sin el elemento introductor prototípico del DI, es decir, un verbo de habla. En (9) nótese que después de la pausa podríamos incluir el verbo decir en pretérito imperfecto (me decía que me tranquilizara, me decía que pujara…).
También hemos incluido en esta categoría refranes, dichos y proverbios, como (11), aunque no suelen ser muy frecuentes en interacciones orales como las que hemos estudiado.
En la cita mixta se combinan el discurso directo (DDT) e indirecto tradicionales (DIT), como ocurre en (12):
(12) ella se echó pa’ atrás y dijo que / que <cita> ¡ay no! </cita> porque le hacía daño /
<transcripción_dudosa> porque el asma / el frío (CARA_H33_102)
Se trata de aquellas citas que, además de no estar introducidas por un verbo de comunicación, no representan propiamente “una acción lingüística, sino una onomatopeya o un ruidito, referencial o no, que ilustra por aproximación” un tipo de sonido u otros elementos paralingüísticos (Camargo, 2008, 7) y que también funcionan como demostraciones (Clark y Gerrig, 1990).11 Aquí hemos incluido casos como (13) y (14):
Las citas o reproducciones de gestos, como las de paralenguaje, “son también demostraciones en las que se representa una acción no verbal de tipo quinésico, pasada, posible o imaginaria” (Camargo, 2008, 8) como en (15) y (16). Por lo general, suelen estar introducidas por el verbo hacer seguido de así o solamente por este último adverbio.
<observación_complementaria = "mira hacia el cielo"/> a ver las estrellas fugaces y a identificar estrellas (CARA_M33_107)
Los ecos son una forma de repetición propia de la lengua hablada. Se trata de una representación mimética a través de la cual el hablante repite una estructura lingüística, emitida por otro interlocutor, inmediatamente después de que esta ha tenido lugar. De ahí que sean reacciones inmediatas a un texto previo y generalmente oral (cf. Fludernik, 1993), como en (17) y (18):
I: ¿del Madrid? / cuando jugaba en equipo (CARA_H13_077)
I: ¿de mi familia? bueno / eeh los miembros más cercanos son / somos cuatro (CARA_M13_083)
Como hemos señalado antes, las citas impropias, más que reproducir un discurso, lo refieren. A través de las citas impropias se pone de manifiesto que un acto de comunicación ha tenido lugar, pero no se especifica lo dicho. A pesar de esto, constituyen manifestaciones del DR en un sentido amplio del término. Hemos incluido en este grupo el discurso narrativizado y la cita abstracta.
El discurso narrativizado (DN) consiste en la “referencia simple a un acto de discurso propio o de otros interlocutores emitido en situaciones de enunciación diferentes a la actual” (San Martín y Guerrero, 2013, 265). En estos casos, un verbo de comunicación suele funcionar como “elemento sintetizador de la cita” (San Martín y Guerrero, 2013, 265), como en (19) y (20) o, en su defecto, de una acción verbal, como en (21):
Las citas abstractas también son metarrepresentaciones que se construyen a partir de otras representaciones (Wilson, 2000; Camargo, 2008). A diferencia de las citas propias, que se circunscriben a la esfera de lo público, estas son abstractas por su carácter de representación de “tipo lingüístico, lógico o conceptual” (Camargo, 2008, 5). En la CA, como apunta Camargo (2008, 5), “no hay atribución de un acto de habla o enunciado a una fuente”, sino “referencias al código lingüístico o a la estructura del mismo”, así como expresión de “relaciones lógicas o conceptuales” mediante el lenguaje. En estos casos, “se cita, en cierto sentido, la lengua misma, una instancia del código, manteniéndola en estado virtual. Se menciona la lengua” (Reyes, 1984, 67), como en (22):
(22) y sale la palabra / <lengua = "inglés"> egg </lengua> para que ellos vayan asociando (CARA_M13_083)
En la tabla 2 presentamos de forma resumida la clasificación de citas propias e impropias que hemos descrito antes.
Propias |
Impropias |
i) Discurso directo
|
i) Discurso narrativizado (DN) |
ii) Discurso indirecto
|
ii) Cita abstracta (CA) |
iii) Cita mixta (CM) |
|
iv) Cita de paralenguaje (CP) |
|
v) Cita de gestos (CG) |
|
vi) Ecos (E) |
|
Tabla 2. Clasificación de las citas
A lo largo de ese trabajo, hemos venido apuntando que el DR se materializa a través de una serie de fenómenos que funcionan como un continuum y que, por tanto, se organizan en torno a una escala. Diversos autores (Méndez García de Paredes, 1999; San Martín y Guerrero, 2013; Repede, 2015) han señalado ya que uno de los límites de ese continuum sería el discurso directo sin verbo introductor y el otro, la “narración de un acto de habla especificando su contenido en términos muy generales” (el DN) (Repede, 2015, 79).
San Martín y Guerrero (2013) y San Martín (2015, 227) vinculan las variantes del DR con su “grado de reformulación gramatical y con el efecto pragmático de las secuencias” discursivas en las que aparecen, “en términos de la relativa vivacidad o realismo de la cita”, y “con las categorías de implicación (involvement) y distanciamiento (detachment)” señaladas por Chafe (1980, 1982) (San Martín y Guerrero, 2013, 266). San Martín (2015, 228) también apunta que, en términos de la teoría de los actos de habla de Searle (1969), todas las variantes del DR que forman parte de la escala mantienen la misma fuerza ilocutiva (es decir, la intención), pues lo que se modifica son los efectos perlocutivos, según el lugar que ocupa cada tipo de DR en la escala. A juicio de San Martín y Guerrero (2013, 266), esta escala del DR se organiza entonces “desde el menor nivel de reformulación y distanciamiento y mayor grado de realismo e implicación” (en nuestro caso, DDL, DIL, CP y E), “hasta el mayor nivel de reformulación y distanciamiento y menor grado de realismo e implicación” característico del empleo del DN y la CA.
En consonancia con la propuesta de San Martín (2015, 229), hemos utilizado una escala con diferentes puntos para describir la variedad de formas del DR que encontramos en nuestra muestra. Cada uno de los tipos de DR descritos puede aparecer separadamente o, como ocurre en los diálogos reconstruidos, se pueden combinar de manera secuencial en los relatos. En la figura 1 mostramos qué posición ocupan los tipos de citas propias e impropias que explicamos en la sección anterior en función de, por un lado, el nivel de reformulación y distancia enunciativa; y, por otro, de realismo e implicación.13
Figura 1. Tipología escalar del DR
La parte izquierda de la figura 1 muestra las citas propias. En la primera fila de esta parte se sitúan las distintas variantes del DD (DDL, DDA, DDM, DDQ, DDSN y DDT). En la segunda, las del DI (DIL, DCI y DIT), y en la tercera, la cuarta y la quinta, las CP, las CG y los E, respectivamente. Si bien en cada fila del DD y el DI ofrecemos la relación entre los tipos de cita de cada uno de estos grupos en función del grado de elaboración –o de complejidad sintáctica–, consideramos que aquellas que hemos ubicado en la misma columna, como veremos enseguida, comparten, en cierta medida, las propiedades o los rasgos que hemos identificado con los símbolos + y –. Por ejemplo: i) DDL, DIL, CP y E; ii) DDA y CG; iii) DDM y DCI; y iv) DDT, DIT y CM. La parte derecha de la escala está reservada para las citas impropias, es decir, el DN y la CA.
Como podemos apreciar en la figura 1, en su mayoría, las citas propias se ubican en la parte izquierda y en el centro de la escala, es decir, suponen más realismo e implicación y menos reformulación discursiva y distancia enunciativa. También es posible observar, como ya hemos apuntado, que hemos ubicado en la misma columna de la escala al DDL, DIL, CP y E, pues estos procedimientos funcionan de manera similar: carecen de marco introductor y, por ello, su uso supone realismo e implicación (y, también, vivacidad) en las narraciones en las que se utilizan. Por oposición, estas condiciones hacen que se traduzcan en [-reformulación], es decir, el hablante se limita a transmitir enunciados sin alterar el mensaje original, al menos en apariencia, sobre todo cuando se trata del DDL, del DIL y la CP, pues en los E sí es posible cotejar qué dice el entrevistador y qué reporta exactamente el entrevistado.
Nos detendremos ahora en el funcionamiento de las citas que se incluyen en cada grupo siguiendo el orden de presentación en la escala. Primero detallaremos los distintos tipos de citas propias y, después, las impropias.
En cuanto a las distintas manifestaciones de la cita directa (lado izquierdo, primera fila), las presentamos en la escala a partir del DDL, es decir, la cita directa sin marco; pasando por los distintos tipos (DDA, DDM, DDQ, DDSN) que hemos ordenado, según el marco introductor en cuestión, de menor a mayor en función de la complejidad sintáctica de los elementos que lo conforman (adverbio así, marcador, y + que, (y) + SN, respectivamente); para llegar finalmente a la cita directa tradicional (DDT). El DDT es el polo opuesto del DDL en el grado de contextualización y supone, a partir de la elección de un verbo introductor que suele ir conjugado en un tiempo verbal, con persona y número, [+reformulación] por parte del locutor.
Por su parte, en los tipos de cita indirecta (lado izquierdo, segunda fila), salvando las diferencias individuales de estos procedimientos frente al DD, que vienen dadas fundamentalmente por los mecanismos de transposición inherentes al DIT (deixis, etc.), hemos situado en la misma columna el DIL y el DDL, que comparten el hecho de no tener marco introductor, así como el DIT y el DDT, que sí lo tienen. En cambio, el DCI lo hemos ubicado en la columna del DDM, pues bien sea que se trate de una cita introducida a través de según o de un dicho, consideramos que funcionan de manera análoga a los marcadores del discurso como introductores de cita.
En la tercera fila hemos ubicado, por un lado, la CP y, por otro, la CM. Hemos considerado la cita de paralenguaje en la misma columna del DDL y el DIL, pues suele aparecer, como estos últimos, sin marco introductor. Por su parte, la cita mixta, al ser un mecanismo de citación híbrido, o sea, a medio camino entre el DDT y el DIT, la hemos ubicado en la misma columna que estos últimos en virtud de las propiedades que comparten.
En la cuarta fila hemos ubicado la cita gestual. La hemos alineado con el DDA, ya que en nuestra muestra la CG suele ir introducida, como aquella, a través del adverbio así. Por último, en la quinta línea de la figura 1 hemos puesto los ecos. Los E, como el DDL, el DIL y la CP, carecen de marco introductor. Por ello se traducen en [-reformulación] y [-distancia].
En la parte derecha de la escala, identificada con [-realismo], [-implicación], [+reformulación] y [+distancia], se agrupan las citas impropias, ya que se trata del polo opuesto de los procedimientos citativos que hemos descrito antes. Tanto el DN como la CA suponen más reformulación discursiva, pues el locutor debe emplear una expresión que sintetice un acto verbal en lugar de especificar qué se dijo realmente, como sí suele ocurrir en las citas propias que se caracterizan, precisamente, por expresar el contenido citado. Esto supone que las citas impropias –es decir, el DN y la CA–14 se traducen en menos realismo frente a lo que se está contando y, en consecuencia, el relato en cuestión suele perder vivacidad e histrionismo. A diferencia de San Martín y Guerrero (2013), nuestro límite de la escala lo constituyen las citas abstractas (CA), que en nuestro caso van antecedidas por el DN.
En primer lugar, daremos cuenta del uso de los dos tipos generales de DR que en esta investigación hemos identificado bajo las etiquetas de citas propias e impropias. En la tabla 3 observamos el total de citas que obtuvimos de la muestra de habla del español caraqueño –2.094 casos– desglosado en función de esta primera clasificación general.
Tipo de cita |
N |
% |
Propia |
1.564 |
74,7 |
Impropia |
530 |
25,3 |
Total |
2.094 |
100 |
Tabla 3. Tipos generales de cita identificados en la investigación
Como se aprecia en la tabla 3, 1.564 casos (74,7% del total) corresponden a citas propias –o tradicionales– y 530 (25,3%) a citas impropias. En la tabla 4 presentamos la distribución de las citas propias en función de los tipos específicos que ya comentamos.
Citas propi |
as |
N |
% |
DD |
|
1.205 |
77 |
DI |
|
261 |
16,7 |
CP |
|
34 |
2,2 |
CG |
|
28 |
1,8 |
CM |
|
19 |
1,2 |
E |
|
17 |
1,1 |
Total |
1.564 |
100 |
Tabla 4. Distribución de las citas propias
La tabla 4 dejar ver la preferencia de los hablantes caraqueños por la cita directa. De los 1.564 casos de citas propias, 1.205 casos (77%) son de DD. A este último le siguen en orden decreciente, pero muy por debajo, los casos de DI con 261 ocurrencias, que constituyen apenas el 16,7%, y, seguidamente, las citas de paralenguaje (2,2%), la cita de gestos (1,8%), la cita mixta (1,2%) y los ecos (1,1%). Si bien es cierto que estos últimos mecanismos del DR se usan poco, al menos en nuestra muestra, pues en conjunto no superan el 6% de los enunciados citativos, forman parte del abanico de posibilidades del hablante para reproducir –e imitar– (cf. Clark y Gerrig, 1990) otros discursos.
En la tabla 5 ofrecemos la distribución de las citas impropias en nuestra muestra del español caraqueño.
Citas impropias |
N |
% |
DN |
519 |
97,9 |
CA |
11 |
2,1 |
Total |
530 |
100 |
Tabla 5. Distribución de las citas impropias
La tabla 5 muestra que las citas impropias suelen ser casi exclusivamente de discurso narrativizado, procedimiento que ronda el 97,9% de los casos (519 de un total de 530). El 2,1% restante (apenas 11 enunciados) corresponde a las citas abstractas.
En el gráfico 1 ofrecemos en conjunto la distribución de los 2.094 casos encontrados en función de los tipos específicos de citas propias e impropias –8 en total– que hemos identificado en nuestra investigación.
Gráfico 1. Distribución del DR en la muestra
Como se desprende del gráfico 1, cuando unimos los fenómenos que forman parte de las citas propias e impropias, el procedimiento del DR más empleado sigue siendo la cita directa, con 1.205 ocurrencias, que representan el 57,5% del total, esta vez seguido del discurso narrativizado, con 519 casos (24,8%), y de la cita indirecta, con 261 (12,5%). Estos tres tipos de DR conforman el 94,8% de los enunciados citativos de la muestra analizada. El resto tiene menos de 40 casos y en conjunto constituye, como ya hemos visto, el 5,1% del total de ocurrencias.
La preferencia por la cita directa en español también se observa en todas las investigaciones que constituyen los antecedentes de este trabajo en lo que a análisis de muestras orales se refiere, tanto del español de América como del de España (Berenguer, 1994; Cameron, 1998; Girón Alconchel, 1998; van der Houwen, 1998, 2000; Fairclough, 1999; Benavent Payá, 2002, 2003, 2015; Camargo, 2004; Mateus, 2005; Gallucci, 2010; Sánchez, 2010; Fernández, 2011;
Vargas, 2014; San Martín y Guerrero, 2013; San Martín, 2015; Estévez Rionegro, 2016; Repede, 2017). En todos estos estudios, la frecuencia de DD suele ser muy superior al 50% del total de casos analizados, independientemente del tamaño de la muestra.
En la presente investigación, como ya hemos visto, si tomamos el DD en el grupo de las citas propias, representará un 77% de los casos. En cambio, si lo vemos en conjunto, es decir, con todos los otros tipos de citas –tanto propias como impropias– constituye el 57,5% del total de ocurrencias, en virtud del alto número de casos de discurso narrativizado presente en nuestras entrevistas.
Una vez que hemos comentado los resultados de los tipos generales del DR, se hace necesario indagar en sus variantes. Por tratarse del procedimiento citativo que constituye más de la mitad de los casos que encontramos y dadas las dimensiones de este artículo, nos limitaremos solamente a comentar los distintos tipos de DD.
En la tabla 6 ofrecemos la distribución de las distintas variantes de la cita directa.
Tipo de DD |
N |
% |
DDL |
502 |
41,7 |
DDT |
490 |
40,7 |
DDSN |
141 |
11,7 |
DDM |
44 |
3,7 |
DDQ |
24 |
2,0 |
DDA |
4 |
0,3 |
Total |
1.205 |
100 |
Tabla 6. Distribución del DD y sus variantes
Los datos de la tabla 6 evidencian que, si bien tradicionalmente se ha considerado que el DD suele estar introducido, sobre todo, por un verbo, como anuncian las gramáticas del español (cf. Gallucci 2012, 2017), las citas directas introducidas Ø verbo –o sea, el DDL– superan, aunque por poco, a las primeras: 502 casos de DDL (41,7%) y 490 (40,7%) de DDT. Este margen de diferencia es pequeño –apenas 1%– pero fundamental, pues si nos restringimos a lo apuntado en las gramáticas en este sentido, esto limitaría el alcance real de este procedimiento de cita en la conversación, y este ha sido precisamente uno de los objetivos de la investigación de mayor alcance en la que se enmarca este artículo.
En consonancia con el propósito de este trabajo, como ya hemos señalado, nos referiremos a cada uno de los tipos de DD que identificamos en las muestras de habla del PRESEEA-CA.
En nuestras entrevistas, el DDL o zero quotative (cf. Mathis y Yule, 1994) suele aparecer sobre todo en un tipo de contexto específico: el de los diálogos reconstruidos (Tannen, 1986, 1989), como en (23). En efecto, de los 502 casos de DDL, 314 forman parte de uno de estos diálogos.
(23) cita> oye / mira / hay lo siguiente / ¿por qué estás cansado? </cita> / <cita> profesor / yo estoy cansado porque usted / sabe pa´ / pa´ lidiar con malandros y eso es muy difícil / yo quiero que usted me ayude para pasar Historia Universal / sabe que me tiene que pasar </cita> / <cita> bueno / vamos a hacer lo siguiente / tú presentas tu prueba / estudias / si sacas un nueve te pongo diez </cita> / <cita> ¡hecho / profe! </cita> (CARA_H33_101)
La cita directa tradicional –o DDT– también puede formar parte de un diálogo reconstruido (DREC), aunque en menor proporción (185/490). En nuestras muestras, el DDT se ha materializado a través de 62 formas verbales distintas que incluyen verbos que no son de comunicación sino de atribución, como ser, o de desplazamiento, como llegar, venir, etc. A continuación ofrecemos el listado completo de formas verbales del DDT presentes en nuestras entrevistas:
acabar; acercarse; advertir; agarrar; andar; apoyar; avisar; burlarse; comentar; contar; convencer; decir; empezar; empezar a + infinitivo (avisar, gritar, hablar); escribir; escuchar; estar; estar + gerundio (acordándose, diciendo, hablando, peleando); gritar; hablar; invitar; ir a + infinitivo (decir, empezar); ir + gerundio (corrigiendo, diciendo, llegando); llamar; llegar; llegar a decir; mandar; mantenerse; molestarse; orar; participar; pegar (el grito en el cielo); pelear; poder + infinitivo (decir, poner); ponerse; ponerse a + infinitivo (cantar, inventar); preguntar; proponer; quejarse; salir; saludar; ser; silbar; subir; tener que + infinitivo (estar); venir, ver, volver a venir.
De los 490 casos de DDT, 375 se introducen con decir, “el más usual e incoloro de los verbos que introducen estilo directo” (cf. Alonso, 1973, 196). Este resultado también coincide con todos los antecedentes de nuestro estudio. A este verbo le siguen, con frecuencias absolutas muy inferiores, llegar, ser, llamar, preguntar y venir con 10, 9, 8 y 7 casos, respectivamente. El resto de las formas que detallamos en la lista anterior registra menos de 5 casos en toda la muestra.
Por su parte, del discurso directo con sintagma nominal (DDSN) en las entrevistas se registran 141 casos. De este total, 111 corresponden a un pronombre y 30 a un nombre. Como es bien sabido, frente al sustantivo el pronombre se enmarca dentro de los mecanismos de economía del lenguaje.
Del DDM, es decir, de la cita directa introducida por un marcador discursivo, hemos encontrado 44 registros. Los marcadores que utilizan los hablantes de la muestra en sus narraciones antes de una cita directa son cuatro: bueno, de repente, entonces y o sea. Como se desprende del gráfico 2, el que más se usa en nuestra muestra es entonces.
Gráfico 2. Marcadores introductores de DDM
En lo que respecta al DDQ, en nuestro corpus se registran 24 ocurrencias que representan el 2,2% del total de DD –1.205–. De esos 24 ejemplos, 15 forman parte de un diálogo reconstruido, como en (24), y cumplen una función narrativa, aunque formen parte de una secuencia dialogal. En cambio, los que no forman parte de un DREC, como en (25), suelen formar parte de una secuencia descriptiva y sirven para ofrecer un ejemplo.
Del DDA hemos encontrado apenas 4 casos (0,3% del total), que son muy pocos para describir con propiedad alguna tendencia en este sentido.
En lo que respecta a las variables sociales inherentes a nuestra muestra del PRESEEA-CA (edad, sexo y grado de instrucción), debemos comentar dos cuestiones. En primer lugar, a pesar de que en principio consideramos el cálculo del χ² incluyendo todos los fenómenos del DR que registramos, con la finalidad de poder establecer estadísticamente si hay relación o no entre el tipo de DR que se emplea y las variables sociales independientes de nuestra muestra, decidimos prescindir de este cálculo, pues, como apunta Larson-Hall (2012, 267), no podemos aplicarlo si tenemos menos de 5 ocurrencias en alguna casilla de las tablas, como es nuestro caso.
En segundo lugar, y en virtud de lo anterior, calculamos con el programa SPSS Statistics 22.0 los valores de χ² y p en tablas de contingencia que incluyeran solamente el DD y el DI, tipos de DR que comparten dos características ampliamente relacionadas: i) un contenido citado y ii) la función general del DR: reproducir palabras.15 Estas dos propiedades nos permiten considerarlos, en un sentido amplio, como variantes de la variable dependiente DR. Las dos variantes del DR que hemos seleccionado según lo apuntado antes (es decir, el DD y el DI) suman 1.466 ocurrencias y representan el 70% del total de casos del DR –2.094– que encontramos en nuestras muestras. Nos limitaremos a presentar aquí las variables sociales que han resultado significativas.
En esta oportunidad, se trata solamente de la variable ‘sexo’ o género de los hablantes cuya distribución detallamos en la tabla 7.
Sexo |
Discurso referido |
Total |
|||
DD |
DI |
||||
|
Hombres |
N |
660 |
92 |
752 |
% |
87,8 |
12,2 |
100 |
||
Mujeres |
N |
545 |
169 |
714 |
|
% |
76,3 |
23,7 |
100 |
||
Total |
N |
1.205 |
261 |
1.466 |
|
% |
82,2 |
17,8 |
100 |
||
χ² = 32,729 1g.d.l (3,841) p = 0,000 |
Tabla 7. DD y DI y la variable sexo
Como se aprecia en la tabla 7, según la prueba del χ², hay probabilidad de que el sexo incida en el uso variable del DR (p = 0,000 < 0,050), ya que el valor de la muestra (32,729) supera el esperado (3,841). En este caso, se rechaza la H0 –o de partida– que postula que dos variables no están relacionadas. Los datos confirman la tendencia de las mujeres al uso de la cita indirecta, como ya apuntábamos en Gallucci (2010, 2013, 2014). También, un número ligeramente mayor de casos de DD en los hombres.
La comparación con algunos de nuestros antecedentes –aquellos que dan cuenta de variables sociales– deja ver que las tendencias a propósito de la influencia de la variable independiente ‘sexo’ en el DR son divergentes. Nuestros hallazgos a propósito de un mayor número de citas en las mujeres y, también, de más casos de DI en este grupo coinciden parcialmente con Gallucci (2013) y San Martín y Guerrero (2013), en lo que respecta a la frecuencia similar de empleo de las variantes generales de DR según el sexo de los informantes, a pesar de que estos últimos autores registran diferencias más marcadas que se traducen en un mayor porcentaje de aparición en las mujeres con un 40,8% de DD y un 14,6% de DI, frente al 33,5% de DD y el 11,1% de DI en los hombres. Esta situación se repite en parte en San Martín (2015, 376), estudio en el que el autor encontró que “las mujeres usan más el DD (73,1%) y los hombres el DI (33,1%)”, aunque “las mujeres emplean más el discurso referido en general”.16 Lo mismo ocurre en Guerrero (2014), aunque esta variable externa no manifieste significatividad estadística en la investigación de la autora. En nuestro caso, las entrevistadas usan un poco más el DR que los hombres y han sido estos últimos los que más emplean el DD, en contraste con las mujeres, que hacen lo propio pero con el DI, como ya hemos indicado.
A diferencia de lo que acabamos de señalar, Fernández (2011) y Vargas (2014) indican que en sus muestras el sexo-género no condiciona el uso que hacen los hablantes del DR. En este punto hay que subrayar que ambas autoras analizan muy pocas muestras en las que encuentran, además, pocos casos.17 Al hilo de lo anterior, pero con otro tipo de corpus, Fairclough (1999) concluye, según sus datos, que en el habla culta mexicana los hombres tienden a utilizar el DI con mayor frecuencia que las mujeres.
El estudio aquí presentado ha dejado ver la aplicabilidad del modelo de citas propias e impropias que hemos establecido en torno a una escala para dar cuenta de la heterogeneidad enunciativa (Authier-Revuz, 1984) en la narración oral conversacional. Los datos han pretendido mostrar el abanico de posibilidades que ofrece el sistema de la lengua para incorporar otras voces en nuestros discursos; también, la preferencia de un grupo de hablantes caraqueños en este sentido. Aunque gran parte de los resultados obtenidos sobre las categorías lingüísticas coinciden con los estudios previos que se han hecho sobre el DR en el español oral (uso del DD, empleo del verbo decir), además de ampliar la muestra de estudio, sería deseable llevar a cabo estudios contrastivos en comunidades de habla de otras variedades del español en los que se replique el presente trabajo, o algunos de sus aspectos.
En lo que respecta a las variables extralingüísticas que guardan relación con el DR, hemos visto que, en sentido estricto, solamente cuando se toman en cuenta el DD y el DI el χ² permite interpretar que la variable ‘sexo’ se relaciona, al menos preliminarmente, con el uso de estos procedimientos citativos en nuestras entrevistas. Como ya hemos visto, en las distintas investigaciones sobre el tema que toman en consideración variables extralingüísticas hay debate sobre la influencia de los factores sociales en los distintos mecanismos de citación. Por esta razón, consideramos que en futuras investigaciones sobre el DR este tipo de controversia podría resolverse mediante el uso de nuevas herramientas estadísticas, como los modelos de efectos mixtos (mixed effect models) (Baayen, 2008; Jaeger, 2008; Tagliamonte, 2012, 2016) que incluyen al hablante como un efecto aleatorio, lo que permite incluir la variabilidad individual inherente a una muestra sociolingüísticamente estratificada.
NOTAS
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* AGRADECIMIENTOS
Este estudio ha sido desarrollado en la Eberhard Karls Universität Tübingen, en el marco de una estancia de investigación doctoral financiada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Agradezco a los evaluadores de la revista sus pertinentes comentarios y sugerencias sobre el artículo.
NOTA SOBRE LA AUTORA
María José Gallucci es profesora agregada en el Departamento de Lenguaje de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela.