El Guiniguada, 30 (2021), pp. 82-92

Print ISSN: 0213-0610 – eISSN: 2386-3374


Servicio de Publicaciones y Difusión Científica Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

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Campus Universitario de Tafira, 35017 Las Palmas de Gran Canaria, Spain

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El Guiniguada

(Revista de investigaciones y experiencias en Ciencias de la Educación)

eISSN: 2386-3374

10.20420/ElGuiniguada.2013.333 (doi general de la revista)


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La cultura que genera redes de amistad

The culture that generates friendship networks

Harkaitz Zubiri-Esnaola

Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea


DOI (en Metadatos y en Sumario Revista)

Recibido el 15/12/2020 Aceptado el 19/03/2021


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4.0 Internacional License.

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La cultura que genera redes de amistad

The culture that generates friendship Networks

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Harkaitz Zubiri-Esnaola

Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea harkaitz.zubiri@ehu.eus


RESUMEN

Las artes pueden generar transformaciones que contribuyen a mejorar la vida de las personas. Abordar fenómenos culturales del ámbito de la lengua y la literatura desde esta perspectiva puede favorecer las relaciones humanas de calidad, lo cual influye notablemente en el desarrollo de trayectorias de vida longevas, felices y saludables. Este artículo analiza cómo el fenómeno del versolarismo improvisado en euskera (bertsolaritza) se ha convertido en un movimiento social que trabaja para crear espacios de socialización en los que se tejen redes de amistad entre las personas participantes. Desde una metodología de investigación que posibilita la co-creación igualitaria de conocimiento, 32 personas del ámbito del versolarismo fueron entrevistadas. Los resultados del estudio coinciden con las investigaciones publicadas anteriormente, ya que sugieren que el espacio de la cultura puede promover la construcción de relaciones igualitarias y que ello posibilita transformaciones profundas que mejoran la vida de las personas.


PALABRAS CLAVE

CULTURA, ARTE, VERSO, MOVIMIENTO SOCIAL


ABSTRACT

The arts can generate transformations that contribute towards improving people's lives. Approaching cultural phenomena in the field of language and literature from this perspective can favour quality human relations, which have a

significant influence on the development of long, happy and healthy life paths. This article analyses how the phenomenon of improvised versolarism in the Basque language (bertsolaritza) has become a social movement which works to create spaces for socialisation in which networks of friendship are woven between the participants. Using a research methodology which enables the egalitarian co-creation of knowledge, 32 people of the field of versolarism were interviewed. The results of the study coincide with previously published research, as they suggest that the space of culture can promote the construction of egalitarian relationships and that this makes possible deep transformations that improve people's lives.


KEYWORDS

CULTURE, ARTS, VERSE, SOCIAL MOVEMENT


INTRODUCCIÓN

Hace décadas, la profesión médica descubrió que los bebés tenían un alto riesgo de fallecer cuando no disfrutaban de interacciones sociales, y este hallazgo llevó a realizar cambios sustanciales en centros de niñas y niños tutelados (Holt-Lundstad, Smith & Layton, 2010). No es un fenómeno que afecte exclusivamente a las primeras edades: la necesidad de relacionarse con otras personas es inherente al ser humano, pero no es lo mismo relacionarse desde la sumisión o desde la libertad (Fromm, 1941). Las relaciones humanas de calidad favorecen considerablemente el desarrollo de vidas felices, sanas y longevas (Waldinger & Schulz, 2010; Waldinger et al., 2015). En cambio, la carencia de relaciones de calidad es tan perjudicial para la salud como el tabaco, la obesidad y la polución (Holt-Lundstad, Smith & Layton, 2010).

La investigación ha demostrado que el acceso a la cultura puede contribuir a mejorar el bienestar y la salud (Grossi et al. 2011; Rapacciuolo et al, 2016; Lally, 2009). La investigación también sugiere que existe relación entre el acceso a la cultura y la mortalidad (Hyppa et al., 2006; Koonlaan, Bygren, & Johansson, 2000). Las personas que aumentan su participación en actividades culturales tienden a percibir que mejoran sus condiciones de vida (Silverstein & Parker, 2002). La dimensión social de participar en la cultura es fundamental en los efectos beneficiosos del acceso a la cultura (Grossi et al. 2011). Varios gobiernos ya han implementado estrategias de acceso a la cultura con el fin de mejorar el bienestar y la salud (Rapacciuolo et al, 2016). Por su parte, movimientos bottom-up como el de las tertulias literarias dialógicas (Flecha, 1999) llevan décadas trabajando y obteniendo resultados en este sentido en numerosos países.

El acceso a la cultura es un derecho fundamental. El artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que “toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad” y “a gozar de las artes”. En esta línea, según la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de la expresión cultural de la UNESCO (2005; 2018), el acceso equitativo a la cultura es imprescindible para el desarrollo sostenible, genera energía social, confianza y compromiso, puede mejorar la vida de las personas y puede ayudar a imaginar futuros alternativos, contribuyendo así a promocionar valores universales como la paz, los derechos humanos y las libertades fundamentales. Por su parte, según el Consejo de Europa (2018) y la Comisión Europea (2018), el acceso a la cultura es fundamental para el desarrollo y el bienestar personal, para el desarrollo social sostenible y la cohesión social y para regenerar un sentido de pertenencia a una comunidad, y, por lo tanto, en la Agenda Europea para la Cultura se destaca la necesidad de fomentar el acceso a la cultura. También establece como objetivo combatir el acoso sexual.

Habermas (1988) defiende que las artes tienen una función social fundamental en el marco del proyecto de la modernidad. Ante las actuales iniciativas antimodernistas que favorecen modelos que no consideran necesario ninguna justificación normativa ni ningún tipo de validación, Habermas (1988; 2010) aboga por el proyecto de la modernidad entendida como una racionalidad comunicativa que es igualitaria, se rige por criterios de validez y está abierta a la crítica. Habermas (2010) parte del análisis


de Max Weber (2012) sobre la modernización: con la modernización, las esferas de la ciencia, la moralidad y el arte se conviertan en ámbitos cada vez más autónomos, en cada una de ellas aumenta progresivamente el protagonismo de las personas expertas, y al aumentar sobremanera la distancia entre la cultura de las personas expertas y la del público en general, el arte pierde la capacidad de influir en la reflexión sobre la praxis cotidiana. Sin embargo, frente a Weber (2012), Habermas (1988; 2010) defiende la posibilidad de unir verdad, bondad y belleza mediante la racionalidad comunicativa. La propuesta de Habermas (1988) no consiste en que el arte solo sea quien promueva el progreso moral, la justicia y la felicidad. Habermas (1988) también define como sinsentido considerar que todo es arte y todo el mundo es artista. Cree necesaria la existencia de personas expertas, y, al mismo tiempo, aboga por que todas las personas se puedan reapropiar de la cultura de las personas expertas, de manera que esa experiencia pueda servir “para iluminar una historia de la vida y se relacione con problemas vitales” y poder así renovar las “necesidades a cuya luz percibimos el mundo” (Habermas, 7). Para ello, según Habermas, es necesario que la gente común desarrolle “instituciones propias” (Habermas, 7).

En esta línea, son destacables las numerosas investigaciones que han analizado las tertulias literarias dialógicas (Flecha, 1999), ya que han demostrado que las interacciones dialógicas igualitarias, con las mejores obras de literatura universal como eje, son un formato de interacción (Bruner, 1985) que fomenta las relaciones de amistad y respeto (De Botton et al., 2014), el sentido de comunidad (García et al., 2018), la solidaridad (García-Carrión, 2015), las actitudes prosociales (Villardón- Gallego et al., 2018), el bienestar emocional y la autoestima (Flecha, García-Carrión & Gómez, 2013; Soler, 2015, García et al., 2017).


VERSOLARISMO, BERTSOLARITZA

Este artículo tiene como objetivo analizar cómo el versolarismo improvisado en euskara, lo que se conoce como bertsolaritza, ha creado las condiciones para que se generen redes de amistad igualitarias que han resultado profundamente transformadoras.

El versolarismo es una disciplina de la cultura popular en euskera que consiste en cantar versos improvisados con métrica y rima. Lo más habitual es que varias personas improvisadoras canten por turnos al público que está presente en el mismo espacio, lo cual posibilita una conversación cantada que se basa en la interacción constante entre las personas improvisadoras y las reacciones del público (Sarasua, 2001). Lo más habitual es que una persona plantee un tema, que puede ser delimitado o muy abierto, informal o profundo, humorístico o serio, a las personas improvisadoras, y éstas se intercalen para cantar versos. Sin embargo, también se suele encargar a una sola persona improvisadora que cante varios versos, como en el caso de este verso de Amets Arzallus, en el que el tema fue una sola palabra, “fuego”, e improvisó un verso que finaliza así (traducido desde el euskera): “Si un verso pudiera / encender el fuego / encendamos la palabra / alegrando la vida. / Aquí bailamos / alrededor de ese fuego”. Tradicionalmente se clasificaba al versolarismo en el ámbito de la literatura oral (Lekuona, 1978). Sin embargo, en las últimas décadas se tiende a entender el versolarismo como una disciplina que se asemeja más a la retórica (Gartzia, 2001). En 2018 el Gobierno de Navarra (2018) reconoció oficialmente el versolarismo como bien de interés cultural inmaterial.


OBJETIVO DEL ESTUDIO

Este artículo tiene como objetivo analizar si el versolarismo cantado improvisado en euskera, conocido como bertsolaritza, puede contribuir a mejorar la vida de las personas mediante la creación de redes de amistad que son capaces de generar transformaciones significativas.

Las preguntas de investigación son las siguientes:

  1. ¿Cómo ha generado el versolarismo las condiciones para promover redes de amistad?

  2. ¿Tienen las relaciones igualitarias en el versolarismo capacidad de transformación de su entorno?


METODOLOGÍA

La metodología de investigación se basa en la Metodología Comunicativa (Gómez, Puigvert & Flecha, 2011; Sordé Martí et al, 2020): mediante el diálogo igualitario entre las personas investigadoras y las personas que participan en la investigación se posibilita la co-creación de conocimiento sobre elementos que posibilitan la transformación de la situación y elementos que lo dificultan, y, como consecuencia de ello, la aplicación del conocimiento producido puede llevar a transformaciones que mejoran las vidas de las personas participantes.

Con el objetivo de posibilitar el futuro impacto social de la investigación, desde el inicio se adoptaron estrategias que ya han sido exitosas en otros proyectos: la investigación se orientó hacia las soluciones de los problemas planteados; la participación de las personas beneficiarias de la investigación fue muy intensa desde el inicio, ya que participaron en la definición de los objetivos y el diseño de la investigación, participaron en la co-creación de conocimiento, se integraron voces diversas, los datos recogidos fueron compartidos mediante la elaboración de 4 informes, y se discutieron los resultados en 10 reuniones en las que participaron más de 120 personas del mundo del versolarismo.

Todas las personas entrevistadas fueron informadas de los objetivos de la investigación. También fueron informadas de que la participación era voluntaria, de que sus datos serían tratados con confidencialidad y de que podían dejar de participar en cualquier momento en el transcurso de la investigación. Las personas participantes expresaron su consentimiento por escrito, siguiendo así los criterios éticos establecidos por la Comisión Europea (2013).

La personas entrevistadas fueron escogidas mediante el diálogo entre las personas investigadoras y las personas participantes en la investigación teniendo como objetivo incluir las voces más diversas posibles según criterios de edad (entre 22 y 74 años), género (15 mujeres y 17 hombres), perspectiva sobre el versolarismo, y rol en el versolarismo (personas improvisadoras de versos, organizadoras, periodistas, investigadoras, empleadas en asociaciones, etc.)

Las entrevistas fueron grabadas en audio y transcritas. Los datos se clasificaron en base a los bloques temáticos previamente establecidos. Este artículo se centra en cuatro de ellos: transformaciones del versolarismo en las últimas décadas, escuelas de versolarismo, retos de futuro para el versolarismo, y el género en el versolarismo. En este artículo se destacan los elementos transformadores que se han identificado en la investigación.


RESULTADOS

El versolarismo ha experimentado una transformación muy profunda en las últimas décadas: deja de ser un fenómeno principalmente del mundo rural para convertirse en una disciplina cultural en la sociedad informacional. Tradicionalmente se producía y transmitía sin necesidad de una estrategia conscientemente diseñada, ya que los espacios de socialización del versolarismo de aquella época eran los suficientemente fuertes como para posibilitar que el arte reuniera a su alrededor tanto a las personas que improvisaban versos como al público y a aprendices que se convertirían en futuros bertsolaris gracias a lo aprendido en esos espacios. Sin embargo, la desaparición de aquel entorno originó el declive del versolarismo, que se quedó casi sin espacios de socialización.

Fue entonces, hace algo menos de medio siglo, cuando se empezó a organizar un movimiento de base que fomentaba el versolarismo. Se mantuvieron los eventos en los que se cantaban los versos improvisados en público, pero su carácter fue transformándose, dejando paso progresivamente a personas improvisadoras y público cada vez más diverso, sobre todo en términos de edad y género. Se gestó un movimiento social que ha tenido interacciones tensas tanto con otros agentes de la cultura en euskera, como con ciertos sectores políticos. Un entrevistado afirma, en línea con todas las personas entrevistadas, que “había un sector que hasta entonces era poderoso [en la cultura en euskera] que no acepta (…) que el versolarismo se organice, (…) porque prefería que los versolaris no tomaran decisiones, pero la situación actual se debe a organizarse y a tomar decisiones.” Otro entrevistado resalta que “sin organizarse era muy complicada la transmisión del versolarismo” y que “hemos tenido problemas con los poderes establecidos y los poderes alternativos”. Una entrevistada explica que “como movimiento hemos demostrado nuestra independencia, nos han dado palos por todas partes, pero así hemos ganado nuestra credibilidad y nuestra coherencia.”

El elemento central del nuevo movimiento son las escuelas de versolarismo (bertso- eskolak). Representan un nuevo paradigma para entender el versolarismo, que deja de ser un don natural para convertirse en una destreza que cualquiera que quiera y practique puede aprender en las escuelas de versolarismo, espacios en los que personas de todas las edades se juntan en su tiempo de ocio. Una entrevistada afirma que “las escuelas de versolarismo son muy potentes como comunidad de práctica: puedes empezar con 10-11 años (…) y te aficionas al versolarismo en un ambiente de amistad (…) y se puede convertir en parte de tu vida social.” Otra entrevistada resalta que “las escuelas de versolarismo forman una especie de red, un ecosistema con un nivel de organización muy potente, en muchos sitios autogestionado.” Otra entrevistada dice que “lo más importante de una escuela de versolarismo es ofrecer un espacio a donde se pueda ir, un grupo de personas.” Una entrevistada, menor de 30 años, recuerda que “la escuela de versolarismo siempre era un lugar para divertirse, siempre con amigas y amigos; para mí la escuela de versolarismo ha sido más un lugar para relacionarme con la gente, creo que es eso lo que más se valora; he conocido a un montón de gente y mantengo la relación con esas personas.”

“El placer es un elemento muy importante”, destaca un entrevistado; “una persona joven se aficiona al versolarismo porque lo disfruta”. Otro entrevistado de entre 35 y

50 años recuerda que “personalmente, disfruté mucho; nos habían creado un ambiente, tenía amigos en todas partes; fue una salida a la vida, un viaje iniciático.”


Otro entrevistado de edad similar recalca que “fue muy importante que compartiéramos cosas, que construyéramos vínculos”.

En los últimos años se han ampliado los espacios para jóvenes y adolescentes en los que el versolarismo es el eje de la socialización, tales como los campamentos de verano y otro tipo de espacios de encuentro. Una entrevistada los define como “una red, (…) una manera de relacionarse entre jóvenes y adolescentes”.

Cuando las redes de amistad son igualitarias, han comenzado a generar cambios en el versolarismo. Una entrevistada de entre 35 y 50 años explica que “cuando cada vez ha habido más mujeres [en el versolarismo], cuando hemos desarrollado una conciencia feminista, y cuando nos hemos empezado a juntar, entonces ha empezado a cambiar la situación.” Los versos reflejan una perspectiva feminista: “No solo hay más mujeres; cantan versos con un discurso propio, y, además, el discurso que se refleja en los versos es también cada vez más diverso; la conciencia feminista es fundamental.” Este nuevo discurso que se refleja en los versos ha sido clave para hacer grupo. Una entrevistada de entre 35

y 50 años afirma que “venimos del no, no hay ningún tipo de problema, pero se están abriendo grietas: Maialen, Uxue, Alaia… Hay personas y grupos que están creando un discurso.”

Gran parte de las redes de amistad que han posibilitado estos cambios se han construido en las escuelas de versolarismo. Una entrevistada menor de 30 años recuerda que “en mi escuela de versolarismo nos apuntamos 12 chicas. Solo siguió una. La escuela de versolarismo era una especia de espacio protegido.” Otra entrevistada afirma que “no hay que hacer un esfuerzo especial para que una chica vaya a la escuela de versolarismo.” Un entrevistado explicó que “las mejoras [en la situación de las mujeres en el versolarismo] parten de las escuelas de versolarismo, que son el caballo de Troya.”

Las amistades que se han generado, en gran medida, en la red de relaciones construidas en torno a las escuelas de versolarismo ha sido capaz de producir nuevas iniciativas que han contribuido a ahondar los logros. Una entrevistada menor de 30 años contó que de los encuentros que se organizaban entre mujeres para trabajar el feminismo en el versolarismo surgió una nueva iniciativa llamada Zila (ombligo, centro) que reúne a chicas de entre 14 y 20 años. La entrevistada explica que “el objetivo era hacer piña. El problema de muchas es que en una escuela hay una chica, en otra dos… y a esa edad, con esa sensación de soledad, es más fácil decir que lo dejas. El objetivo era crear un equipo. Y parece una chorrada, pero cuando ellas crean un grupo de WhatsApp, funciona (…) Las ves con 15-16 años, y cuando vienen, luego se van a casa a tope, llenas de energía, y ese es el objetivo, tener sensación de equipo. (…) Y hay que dar una paso más: no estamos aquí para sufrir, venimos a pasarlo bien.”

En este contexto se ha roto por primera vez el silencio sobre la violencia de género en el versolarismo. Uxue Alberdi (2019), versolari y escritora, fundadora de la Escuela Feminista de Versolarismo junto con Ainhoa Agirreazaldegi, ha publicado el libro titulado Kontrako eztarritik (Atragantarse) en el que 15 versolaris mujeres de entre 23 y 42 años de edad explican su experiencia en el versolarismo. Algunas de ellas relatan casos claros de violencia de género. El libro ha tenido una gran repercusión mediática, ha sido muy comentado en varios sectores sociales, y, además, ha obtenido el premio Euskadi de literatura en la categoría de ensayo, el galardón más importante en este ámbito de la literatura en euskera.


DISCUSIÓN

Este artículo demuestra que existen posibilidades de abordar un fenómeno de la cultura popular como la literatura oral desde un punto de vista socialmente transformador.

El versolarismo aborda la actividad cultural como un fenómeno social en el que se puede intervenir socio-culturalmente. Este modelo implica que el éxito del fenómeno depende de las acciones que se realizan. No depende de factores inamovibles.

El eje fundamental del modelo del versolarismo es la creación de espacios para la interacción entre personas. Son espacios en los que el versolarismo es el eje de la interacción. Espacios en los que se cruzan las vidas de las personas que participan en ellos. Su éxito parece depender de la diversidad y la intensidad de la dinámica colaborativa e igualitaria. El versolarismo parece haber mejorado su vitalidad en la medida en la que ha sido capaz de incorporar mayor diversidad de personas, y parece razonable pensar que su futuro también dependerá de ello, lo que, a su vez, depende de cómo se sientan las personas participantes en relación con esta actividad cultural.

Para que personas más diversas se incorporen al versolarismo y enriquezcan así la vida de las personas con las que interaccionan y, por ende, enriquezcan el versolarismo, resulta imprescindible que estas personas se sientan bien cuando se relacionan con la actividad cultural. Las redes de amistad proporcionan un soporte fundamental. El movimiento social del versolarismo lo fomenta de manera prioritaria. Gracias a ello ha sido capaz de conseguir que personas de todas las edades participen. Generar redes de amistad también ha sido fundamental para que las mujeres se incorporen al versolarismo. Que las mujeres puedan participar plenamente en el versolarismo, algo que todavía no ocurre, es al mismo tiempo un problema de justificia y viabilidad para el versolarismo y la cultura en general.

Por lo tanto, en el versolarismo, los espacios para la interacción funcionan bien en la medida en que son capaces de ofrecer oportunidades para desarrollar destrezas técnicas relacionadas con la producción de versos y conocimiento, buenas relaciones entre las personas participantes, y el placer de disfrutar de la actividad. Es así como este movimiento cultural bottom-up puede fomentar la activación de la ciudadanía por y para la cultura.

Habermas (1988) afirmaba que solo los proyectos que integraran la bondad, la belleza y la verdad serían capaces de impulsar una modernidad transformadora. Las evidencias que aporta este artículo se suman a la investigación que demuestra que los movimientos bottom-up del ámbito de la cultura tienen capacidad de contribuir en esta dirección.


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