Servicio de Publicaciones y Difusión Científica (SPDC) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Facultad de Ciencias de la Educación Las Palmas de Gran Canaria, España
eISSN: 2386-3374
10.20420/ElGuiniguada.2013.333 (doi general de la revista)
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Beginnings of development education in Spain
(1959-1967)
DOI (en Sumario/Título, en WEB de la Revista) Recibido el 17/11/2023
Aceptado el 23/04/2024
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Beginnings of development education in Spain (1959-1967)
Esther Ruiz Simón esther.ruiz@urjc.es Universidad Rey Juan Carlos España
RESUMEN
Las primeras experiencias de educación al desarrollo en España están vinculadas al nacimiento de las primeras organizaciones no gubernamentales que surgieron en España en la década de los años 50-60. La educación al desarrollo fue el instrumento que se pusieron al servicio de la sociedad española como medio para poder luchar, desde la concienciación, la corresponsabilidad y la fraternidad de todos los seres humanos, contra la pobreza y la desigualdad. En el presente artículo, se aborda las acciones de sensibilización y educación para el desarrollo de una de estas primeras organizaciones, Manos Unidas antes de la puesta en marchar de los boletines informativos periódicos.
PALABRAS CLAVE
EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO, ESTUDIO DE CASO, SENSIBILIZACIÓN, ORGANIZACIÓN NO GUBERNAMENTAL, SOLIDARIDAD
ABSTRACT
The first experiences of development education in Spain are linked to the birth of the first non-governmental organizations that emerged in Spain in the 1950s and 1960s. Development education was the instrument they placed at the service of Spanish society to fight against poverty and inequality through awareness, co-responsibility and fraternity of all human beings. This article deals with the awareness-raising and development education actions of one of these first organizations, Manos Unidas, before the launch of the periodic newsletters.
KEYWORDS
DEVELOPMENT EDUCATION, CASE STUDY, AWARENESS-RAISING, NON- GOVERNMENTAL ORGANIZATION, SOLIDARITY
INTRODUCCIÓN
La educación al desarrollo es parte esencial de la ayuda al desarrollo en la medida en la que ésta promociona y sensibiliza a las sociedades de los países donantes sobre las realidades de los países receptores de ayuda.
Las acciones de educación al desarrollo han ido ampliando el campo de acción en la misma medida en la que se iniciaban y consolidaban las políticas de cooperación al desarrollo en los países occidentales a partir de los años 50 del siglo pasado. En el caso español el desarrollo de ayuda al desarrollo y de las políticas y acciones oficiales de cooperación al desarrollo llegaron de la mano de la democracia en los años 80 del s.XX. Sin embargo, desde el espacio no oficial la realidad de ayuda española se inició a
mediados de siglo pasado como parte de la acción social de diferentes entidades confesionales que surgieron a mediados de dicho siglo.
En España, las organizaciones no gubernamentales dedicadas al desarrollo (actuales ONGD) que surgieron en esta época estuvieron marcadas por su marcado carácter religioso (Ortega, 1994). Su visión y misión se centraba en el desarrollo de los países del Tercer Mundo y en la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes. Todo ello teniendo presente el binomio indisoluble que constituyen política y religión en la España contemporánea (Moreno, 2015), especialmente en el período que nos ocupa.
En este sentido sus acciones tenían como justificación la respuesta evangélica de caridad y ayuda al prójimo y se pusieron de manifiesto en la ayuda a los países en vías de desarrollo a través del apoyo a los misioneros y personal religioso que trabajaba en las conocidas “misiones”. Sin embargo, desde la propia realidad española también se empezó a trabajar en acciones que diesen a conocer las realidades de los hermanos allende los mares, las obras de los misioneros en los países de misión y la importancia de los problemas que asolaban estos países y sus sociedades empobrecidas. Las familias, los colegios, los grupos de oración, las parroquias y todas aquellas entidades con presencia social fueron objeto y a la vez lugar de encuentro para la labor de sensibilización a través de la instrucción e información impartida (y recibida) sobre las realidades en las que se trabajaron.
De esta manera se desarrolló de manera confesional, privada y anticipada el germen de la educación para el desarrollo y la sensibilización de la población española como estrategia paralela a las acciones solidarias y se anticiparon más de dos décadas a las propias propuestas ligadas a la ayuda internacional y a las políticas de cooperación al desarrollo.
En el caso de las Campañas contra el Hambre (actual organización no gubernamental Manos Unidas), su actividad está vinculada a la división femenina de la Acción Católica Española, sus acciones de educación se enmarcaron en la estrategia global de la campaña anual que tenían como objetivo reforzar el mensaje de lucha contra el hambre, formar e informar sobre dicho problema y ampliar a toda la sociedad española el conocimiento sobre las causas y las consecuencias de la pobreza y la falta de alimentación. Por ello pusieron al servicio de su causa toda la estructura e implantación social de la que disponían en España y adaptaron los instrumentos divulgativos que se habían utilizado en otras ramas de la organización.
El contexto histórico en el que surge Manos Unidas.
En España, la presencia de la Acción Católica se remonta a finales de los años 20 del siglo pasado (Benzo, 1964; Pérez del Puerto, 2021). Sobre lo dispuesto por otros modelos internacionales de la Acción Católica de marcado carácter seglar y en dependencia jerárquica (Montero, 2015), en la España de 1931 se dispuso una configuración en 4 categorías que agrupaban a sus miembros en función del sexo y la edad: juventud masculina, hombres, juventud femenina y mujeres. La sección femenina de la Acción Católica junto con su innegable labor evangelizadora (Sánchez, 2022) fue la más activa en solidaridad y la responsable de poner en marcha las primeras Campañas contra el Hambre. Además, se centró en dar cobertura educativa a las mujeres en todos los ámbitos en los que tienen presencia (Pérez del Puerto, 2021), esta labor educadora no fue ajena a la solidaridad y fue recurso necesario sobre el que organizaron su labor en las Campañas.
La mujer tuvo desde el inicio una especial presencia en el ámbito religioso en el que surgió la Acción Católica (Blasco, 2017). El papel proactivo femenino dentro de la
sociedad y el conocimiento de los problemas sociales que inspiraba la visión de las mujeres de la Acción Católica permitió que se pusieran en marcha las Campañas contra el Hambre en 1959 en una España en desarrollo, con grandes desigualdades (Moreno, 2003) y preocupadas por la erradicación del hambre en el mundo y la sensibilización de la sociedad española sobre el mismo.
La educación para el desarrollo y la sensibilización
La educación para el desarrollo empezó a formar parte de la agenda internacional desde los años 70 como herramienta necesaria para una mejor comprensión del mundo, el conocimiento mutuo, el respeto entre culturas y la observación de los derechos humanos y las libertades (Unesco, 1974). La educación se convirtió, por tanto, en parte del proceso de concienciación, transformación y colaboración de las sociedades. Su campo de acción se circunscribió desde entonces al aprendizaje, la formación, la información tanto en la educación formal como en la no formal y la informal, dónde se encuentra el mayor espacio para desarrollar sus funciones vinculadas con todos los problemas que afectan al desarrollo de los países y sus gentes: pobreza, desigualdad, cuidado del medio ambiente… (Eizaguirre, 2000).
Cabe destacar que en la educación para el desarrollo el objeto de las acciones es la propia sociedad a la que se le confiere la calidad de agente de cambio, son actores del cambio de valores, de situaciones y corresponsables de las realidades del mundo (Calderón y Monclús, 2001). En este sentido, Argibay, Celorio y Celorio (1997) han entendido, además, que se debe enfocar la educación para el desarrollo desde objetivos propios que se deben englobar en el conocimiento del mundo y de las realidades que lo conforman; en generar valores, actitudes y destrezas que tengan como eje la corresponsabilidad de las acciones tanto a las personas como a los agentes sociales implicados responsables de los cambios y, por último, en fomentar el desarrollo humano sostenible como base de las mejoras de las sociedades.
Desde una perspectiva histórica Mesa (2000) ha establecido 5 hitos en la evolución de la educación para el desarrollo y ha adelantado a los años 50 del siglo XX el inicio de las acciones de educación para el desarrollo y lo ha vinculado directamente con el contexto histórico en el que surgen y los modelos y valores predominantes en cada etapa o generación (caritativo-asistencial de los años 40-50; la desarrollista de los años 60; la crítica-solidaria de los años 70 y las de desarrollo sostenible y ciudadanía global).
METODOLOGÍA
El surgimiento de las acciones de cooperación al desarrollo en España tiene como elemento central la aparición de las propias organizaciones confesionales y la puesta en marcha de las incipientes acciones en los años 50 y 60 del s. XX. En el caso de las mujeres de la Acción Católica, actual Manos Unidas, la educación para el desarrollo fue parte integrante desde un primer momento de la estrategia de acción de las Campañas contra el Hambre con diferentes iniciativas de educación y sensibilización. El artículo pretende analizar estas acciones de educación para el desarrollo a través del estudio de los materiales disponibles durante la primera década de funcionamiento de la organización. El espacio cronológico elegido está comprendido entre 1959 y 1967. La primera fecha seleccionada se corresponde con 1959, año en el que surgió la primera Campaña. El estudio se extiende hasta 1967, año en el que se publicó el primer boletín informativo que va a recoger toda la información de las Campañas (visión, tema, valores, materiales de difusión etc. quedan recogidos en dichos boletines) y, por tanto,
unifica en un mismo documento toda la información que hasta ese momento se publicaba por separado.
Se han consultado los fondos documentales del Archivo de la Acción Católica de la Universidad Pontificia de Salamanca, en la sección correspondiente a Mujeres de la Acción Católica compuesta con 138 cajas con un rango temporal desde el primer tercio hasta finales del siglo XX. Se han marcado como elementos de búsqueda las Campañas contra el Hambre con un rango temporal correspondiente a 1959-1967.
Se ha buscado por las acciones de educación y sensibilización de la población, presentando especial atención a lo relativo a materiales o documentos dedicados a la formación directamente vinculado con educación para el desarrollo, con el objetivo de poder analizar las propuestas de sensibilización y educación al desarrollo que se hacen y cómo se comunican.
Se han analizado los textos que se realizan en materia de educación y sensibilización de la población y de los materiales que se editaron y con los que se trabajó para hacer llegar el mensaje de las Campañas contra el Hambre a todos los lugares en los que tenían presencia o en los que la iniciaban. Dichos materiales abarcan propuestas como guiones para cine-foros, argumentarios para charlas y reuniones informativas, instrucciones de trabajo en los centros de mujeres de la Acción Católica etc. Cabe destacar que la expansión de la Campaña contra el Hambre en estos primeros años es fundamental para la consolidación del proyecto actual de Manos Unidas, tanto en las directrices temáticas nacidas de esta etapa como en los campos de acción y la localización y expansión geográfica en el territorio nacional.
RESULTADOS
Las Campañas como elemento de sensibilización y educación para el desarrollo.
El elemento central del trabajo anual de la actual Manos Unidas desde su aparición se concentra en la Campaña contra el Hambre, que tiene como punto culmen la colecta anual. Dicha Campaña contra el Hambre fundamenta el trabajo con la sociedad española con la doble naturaleza formativa-informativa con la población-meta a la que va dirigida.
Las Campañas contra el Hambre, desde su inicio en 1959, han tenido siempre una doble vertiente de testimonio de la solidaridad y de ayuda y recaudación de fondos para la lucha contra el hambre. El objetivo de la primera Campaña era “informar, formar y ayudar”1 para acercar la realidad de la pobreza y concienciar y lanzar la Campaña a la sociedad e iniciar una serie de acciones que se mantuvieran en el tiempo y que fuesen ampliando la base y los objetivos que trabajarían (Escartín, 2008). Desde el inicio, se marcaron la educación y la sensibilización como campos de acción de las Campañas contra el Hambre, en todos los ámbitos dónde iniciaron las acciones: en el interior de los hogares, en los grupos y parroquias y, por último, en los entornos escolares. No es baladí entender que la responsabilidad de la organización de las primeras Campañas corriera a cargo de la Vicepresidencia de Difusión con el cometido de crear el plan de campaña, así como los boletines, materiales y documentación sobre la campaña.
En un primer momento, las acciones de divulgación se enfocaban en alentar a las mujeres para trabajar los conceptos básicos del hambre y de la pobreza dentro de sus hogares al ser ellas las responsables de este, entendiendo el papel tradicional de la mujer como educadora y transmisora de valores dentro la familia (Martín, 2016; Camino,
1 AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
2023). En los materiales diseñados para tal fin se alentaba a las mujeres a unirse a la Campaña y trabajar el concepto del día del hambre a través del ayuno en casa, tanto en sentido metafórico como en la comida que se preparaba y, evidentemente, posterior limosna.
Enseguida se avanzó en la propuesta de actividades en espacios más amplios en los que las mujeres de la Acción Católica tenían presencia, por ello, las acciones recogidas en el material consultado y que fueron propuestas se enfocaron fundamentalmente2: Preparación sobrenatural: basada en oraciones y sacrificios en todas las instituciones eclesiásticas colegios, parroquias, conventos, clínicas… para concienciar sobre el problema del hambre en el mundo.
Información a través de los medios de propaganda: para ello elaboraron diferentes guiones y textos que debían ser distribuidos o material de prensa, publicaciones, cines, guiones radiofónicos, guiones para conferencias y animaban a la propaganda personal (utilizando el método boca a boca, cada mujer se comprometía a informar a 5 personas sobre la Campaña).
Formación: se quería sensibilizar sobre la situación actual del hambre y las temáticas de las Campañas en retiros, conferencias y círculos de estudio y centros de formación familiar dónde se animaba a las mujeres a participar activamente para ampliar la información sobre el hambre en el mundo.
Gran semana contra el Hambre: que culminaba con la colecta y en la que se promovían actos de devoción como una gran vigilia nacional, gran acto de propaganda y el día del ayuno voluntario.
Ayuda: colecta nacional en todos los espacios católicos dónde tuviesen presencia las mujeres. Se incentivaba a hacer aportaciones individuales o familiares con sobre planillas sobre la importancia de la aportación y, además, se motivaba a las amas de casa a donar lo ahorrado en el día del ayuno.
Los materiales de las primeras campañas ponían el foco en la difusión de incipientes sectores de actuación como las migraciones y los refugiados; en el acceso a la tierra y su explotación; en la distribución equitativa de lo producido y, sobre todo, en la educación como la mejor herramienta para luchar contra la pobreza y el hambre.
Desde el inicio se crearon materiales como entradas en prensa, guiones radiofónicos, cómics infantiles, octavillas con el argumentario y para repartir en las actividades… sirvieron para dar a conocer la situación de la pobreza y del hambre y se posicionaron sobre las causas que lo provocan y cómo evitarlas.
En sus documentos de propaganda3 daban soluciones que permitirían la erradicación del hambre en el mundo, siempre desde la responsabilidad de la misión evangélica. Se oponían a las nuevas corrientes como la guerra o la limitación de la natalidad que pretendían erradicarlo con métodos no evangélicos. Se enfocaban en dar solución a la misma mediante la organización de la migración; el aumento de los recursos terrestres (más tierras, mejores cultivos, aplicación de nuevas técnicas y tecnologías y promocionar la pesca); una mejor distribución de los recursos terrestres (propugnando distribución de la producción al servicio de las personas y desde los más ricos a los más pobres) y la educación como herramienta fundamental para el fomento de su autonomía
2 AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
3 AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
personal y formación en temas relacionados con la mejora de la nutrición4 y para erradicar el analfabetismo como mal endémico de sociedades pobres.
Para ello, generaron diferentes modelos que promovían el conocimiento y el compromiso personal en tres líneas de acción:
“Orientación y normativa para el uso y difusión del material de la Campaña”
“Funcionamiento de Amigos de la Campaña”
“Propaganda de Infancia”5
Con estas iniciativas se quería aumentar la base de apoyo a sus acciones y a la Campaña generando un movimiento de transmisión de la información en el que los socios y las personas comprometidas eran, a su vez, altavoces de la Campaña para difundir el mensaje, invitar a la participación en las acciones realizadas y fomentar los vínculos y la corresponsabilidad de todos.
DISCUSIÓN
Las Campañas contra el Hambre desde su fundación se constituyeron como una verdadera herramienta de educación y sensibilización de la sociedad española.
Cabe destacar que las fundadoras y promotoras de las Campañas contra el Hambre, desarrollaron una actividad nacional e internacional pionera en la época. Se anticiparon a las propuestas en materia de ayuda al desarrollo, cooperación al desarrollo y educación al desarrollo. En este último campo su labor de concienciación de la población española sobre la pobreza, el hambre la desigualdad y sus causas son fundamentales.
Las actividades de las Mujeres de la Acción Católica española en las Campañas supusieron un revulsivo contra el hambre, recaudando fondos y exponiendo ante la sociedad española la situación del hambre en el mundo con todas las herramientas que tenían a su alcance, en los espacios públicos en los que tenían presencia y con una planificación de actividades y contenidos que fueron ampliándose y asentándose en todo el territorio nacional.
Se fomentó la formación e información como una medida necesaria para paliar el hambre, se hizo desde la creencia en la fraternidad y en la común responsabilidad. Para ello, las mujeres de la Acción Católica trabajaron con todos los recursos de los que disponían para educar, sensibilizar y formar. Crearon actos de propaganda, debates, videoforos, trabajaron en los centros educativos y con las mujeres para poder poner en dar respuesta al doble objetivo de formar e informar.
Se apoyaron en sus propios recursos, apelaron a las mujeres como eje de la familia y transmisoras de los valores. Se dirigieron a ellas para organizar un sistema de sensibilización que se iniciaba dentro del hogar con un acto testimonial como el ayuno voluntario y que fue poco a poco ampliando y modernizando su base de acción y la población meta a la que iban llegando y los espacios en los que se trabajaba, aumentando su repercusión social y su presencia y visibilidad en la sociedad española de mediados del s. XX.
Fomentaron el conocimiento y produjeron materiales con los que trabajar para erradicar la falta de conocimiento y de empatía de la sociedad española con las situaciones de los más necesitados en los países en vías de desarrollo. Todo ello lo hicieron desde el compromiso personal, desde la propia convicción y poniendo al servicio de su causa su
4 AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 120.
5 AUPSA.A.C.E.-J-N.139/1-7 (fols. 11-13).
saber hacer y la estructura consolidada de la institución eclesiástica y de la propia Acción Católica.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Fuentes primarias consultadas AUPSA.A.C.E.-J-N.139/1-7 (fols. 11-13).
AUPSA.A.C.E.-M.A.C. 35/14 fol.2.
AUPSA.A.C.E.-M.A.C. 35714 fol.2.
AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 118.
AUPSA.A.C.E.-M.A.C.,9/1-1 fol. 120.