El Guiniguada. Revista de investigaciones y experiencias en Ciencias de la Educación 24 (2015), pp. 16-26
Print ISSN: 0213-0610 – eISSN: 2386-3374
Servicio de Publicaciones y Difusión Científica Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Campus Universitario de Tafira, 35017 Las Palmas de Gran Canaria, Spain
eISSN: 2386-3374
Profesora emérita honorífica de la ULPGC
Article first published online: 31/03/2016 Article published online with DOI added: pending
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Profesora emérita honorífica de la ULPGC emigdia.repetto@ulpgc.es
RESUMEN
En este artículo se especifican algunas de las ciencias citadas a lo largo del Quijote. Igualmente se intenta relacionar la ciencia, la medicina y la técnica que aparece en esta novela con los conocimientos existentes en la época en que fue escrita. Por otra parte, se reflexiona sobre la posible utilización como recurso didáctico de algunos párrafos de los diferentes capítulos donde se establecen o describen aspectos científicos. Se propone, como llevarlo a cabo en algunos ámbitos, áreas de conocimiento y materias de los currículos, de los diferentes niveles del Sistema Educativo. Finalmente, se planifica una actividad a modo de ejemplo.
PALABRAS CLAVE: educación científica, Quijote, práctica pedagógica, formación de profesores
ABSTRACT
The present article deals with some of the scientific disciplines mentioned in don Quixote. Likewise, it establishes a relationship between science, medicine and technology, as they appear in don Quixote, with the existing knowledge in the time when the novel was written. In addition to that, there is a thorough consideration of the possible use of some of the paragraphs from different chapters where some scientific aspects are described o established as a teaching resource. It is proposed how to implement them in some fields, knowledge areas and curricula subjects of different levels of the Educational System. Finally, as an example, an activity is planned.
KEYWORDS: science education, Quixote, teaching experience, teacher education
INTRODUCCIÓN
El primer acercamiento al Quijote que tuvimos los alumnos pertenecientes a las generaciones de la década de los cuarenta del siglo XX fue con apenas nueve añitos y lo hicimos a través de los ejercicios de dictado que se realizaban diariamente como preparación para el famoso “examen de ingreso” preceptivo para cursar el Bachillerato. No se permitían dos faltas de ortografía en el mismo. La motivación que teníamos, por tanto, era más bien escasa; no disfrutábamos de los distintos episodios pues nuestro interés era únicamente escribir correctamente lo que se nos dictaba.
1 La reflexión tiene una mayor extensión por la proyección didáctica que se incorpora.
Cuando fuimos adolescentes, aunque se nos presentó la ocasión de leer algunos pasajes del libro, hemos de reconocer que la mayoría nunca llegó a leerlo por completo.
Al cumplirse los cuatrocientos años de la segunda parte del Quijote nos gustaría acercar esta obra a todos, utilizando alguno de sus pasajes como recurso didáctico en áreas de conocimiento diferentes a la de Lengua y Literatura. Asimismo, intentamos reflexionar sobre los aspectos científicos que se resaltan en esta obra y enmarcarlo dentro de lo que era el desarrollo de la Ciencia en la época en que fue escrito: los siglos XVI y XVII. Por último, pretendemos que los alumnos disfruten con las correrías de este hombre de acción que se juega la vida por defender la verdad y que pretende formar y educar a Sancho transmitiéndole parte de su sabiduría.
LA CIENCIA EN ESPAÑA EN LOS SIGLOS XVI Y XVII
Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. Publicó en 1605 la primera parte del Quijote bajo el nombre El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y en 1615 la segunda parte (Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha). Falleció en Madrid en 1616. Fue contemporáneo de Napier (1550-1617), inventor de los logaritmos, y de Galileo Galilei (1564-1642), de fama inmortal; de Kepler (1571-1630) y de Harvey (1578-1657), que descubrió en 1628 la circulación de la sangre. Como Cervantes falleció en 1616, podría haber conocido la obra de estos científicos aunque autores como Sánchez Ron (2005) lo ponen en duda.
Hemos de considerar que Cervantes vive en una España que está dominada por las normas impuestas por el Concilio de Trento, o en plena Contrarreforma, así que debe disimular lo que sabe. En este sentido Perea (2010:1) afirma:
Cervantes oculta en su gran novela don Quijote de la Mancha conocimientos científicos, y decimos "oculta", porque habla de forma velada, ya que en la época que escribió su libro había en España una gran censura impuesta por la Inquisición, que vigilaba constantemente, para evitar que se propagasen las ideas protestantes en España, hasta el punto que los estudiantes españoles de la época no podían salir a estudiar al extranjero, mientras en las universidades españolas la lista de los libros prohibidos bajo pena de muerte, era extensa, incluidos los de Ciencia. De esta forma España quedó excluida del movimiento europeo conocido como Revolución Científica que daría nacimiento, con el tiempo, a la Ciencia Moderna.
Por otra parte, durante los siglos XVI y XVII ocurre lo que hoy conocemos como Revolución Científica, en la que se sentaron las bases de la ciencia moderna en campos tan desarrollados hoy día como la medicina, la física, la química, astrología, cosmografía, la biología o la tecnología. No podemos obviar que España mantenía un imperio en América y, por tanto, los navegantes tenían que tener conocimientos de cosmografía y astronomía para poder orientarse con las estrellas y esto requería también su conocimiento de las matemáticas. No obstante, como afirman diversos autores, la ciencia que más terminología ha aportado al Quijote es la relacionada con la salud. Las palabras que aparecen son: brebajes, cuaterios, bálsamos, emplastos, mixturas. También el bálsamo de Fierabrás, capaz de curar todas las heridas, cuyas propiedades y su manera de prepararlos aparecen en el texto con todo detalle Por último, hemos de resaltar que los años finales del siglo XVI fueron de gran desarrollo de la Ciencia en
España y prueba de ello sería la expedición que investigó la historia natural americana así como la importancia que adquirió la Casa de la Contratación de Sevilla como centro de ciencia aplicada a la navegación (Sánchez Ron, 2005:10).
¿HAY CIENCIA EN EL QUIJOTE?
Cervantes, en el prólogo del Quijote, señala que es una invectiva contra los libros de caballería, por lo que no necesita adorno erudito alguno; no obstante, su lectura pone de manifiesto una serie de conceptos y aspectos de diversas ciencias y comprobamos que la que más nombra es la Astrología. En este sentido Alfonseca (2005:1) afirma que:
Y así, tras bucear en las páginas del Quijote, he podido extraer no menos de treinta referencias que, puestas en contexto, proporcionan una visión, incompleta, sí, pero amplia y sugestiva, que esboza ante nosotros el momento crítico de una ciencia que daba los primeros pasos hacia el establecimiento de una metodología revolucionaria, que no tardaría en dar frutos abundantes durante los siglos más productivos que recuerda la historia.
Reseñaremos algunas de ellas:
Astrología y Astronomía
La Astrología es definida por el Caballero Andante como “la ciencia de las estrellas” (1, XII: 120). En este mismo capítulo encontramos que la opinión de Pedro, el cabrero, servía para adivinar lo que había que sembrar cada año. Era la Astrología predictiva. Igualmente, encontramos la Astrología judiciaria, que hacía depender de la posición de las estrellas el destino de los hombres. Esta creencia fue condenada por el Papa Sixto VI en 1586. Por su parte, don Quijote rechaza expresamente el que se pueda predecir el futuro ya que solo Dios puede conocerlo y encontramos como aconseja a Sancho sobre el mal influjo de las estrellas.
De todas formas, en aquella época Astronomía y Astrología se consideraban como sinónimos, aunque desde el siglo VII, Isidoro de Sevilla en “Las Etimologías” había ya establecido bien las diferencias entre ellas. Así habla Sancho de Astronomía cuando explica la manera de orientarse que se basa en la posición de la constelación de la Osa Menor, que con buen tiempo es visible durante toda la noche, pero va cambiando de posición a lo largo de ésta, lo que proporciona una manera sencilla de averiguar la hora. Son muchas las referencias durante toda la obra a la Astronomía: “la luminaria de las tres caras”, el episodio del batán, la aventura del barco encantado, etc.
Alquimia
Se pueden encontrar en el texto tanto referencias directas a la alquimia como a sustancias químicas. Hemos de resaltar que en El Quijote a veces aparece el término alquimia con un sentido peyorativo y quizás tuviese su origen en que la alquimia había fracasado en uno de sus intentos como era transformar el plomo en oro. Así, don Quijote dice a su sobrina:” Ni todos los que se llaman caballeros lo son de todo en todo, que unos son de oro, otros de alquimia, y todos parecen caballeros, pero no todos pueden estar al toque de la piedra de la verdad” (2, VI: 537).
También se encuentra alguna descripción de procesos que podemos considerar como alquímicos ya que faltaba más de un siglo para que la alquimia se transformase en química. Así cuando don Quijote se dispone a fabricar el famoso bálsamo de Fierabrás
(1, XVII: 158) hace que Sancho le consiga los supuestos ingredientes necesarios: romero, aceite, sal y vino.
Por otra parte, en algunos pasajes se nombran sustancias químicas como el bermellón y piedra azufre (1, IV: 79).
Medicina
Para López Piñero (1979) el peso de la Medicina en el conjunto de la actividad científica del siglo XVI era muy superior a la que tiene hoy. Los médicos constituían la única profesión científica sólidamente cristalizada y los cirujanos y boticarios pertenecían al grupo de ocupaciones más cercano a la profesionalización. Además, la Medicina fue el motor de la mayoría de los estudios sobre historia natural, y de un notable número de los dedicados a la astrología y a la filosofía natural.
La Medicina del siglo XVI apenas había cambiado desde los tiempos de los grandes médicos griegos (Hipócrates y Galeno), como demuestra el hecho de que el libro del segundo fuese texto obligado durante toda la Edad Media. Con todo, la Medicina española tuvo, en el siglo XVI, merecido reconocimiento.
Realmente, no existen citas médicas espectaculares en El Quijote, pero no obstante sí aparecen referencias a la medicina a lo largo de la novela. Quizás la cita más importante aparece cuando se describe la primera comida de Sancho, después de ser nombrado gobernador de la ínsula Barataria (2, XLVII: 806), cuando el doctor Pedro Recio le impide comer de todos los platos, aduciendo diversos motivos por los que cada uno puede hacerle daño:
–No se ha de comer, señor gobernador, sino como es uso y costumbre en las otras ínsulas donde hay gobernadores. Yo, señor, soy médico, y estoy asalariado en esta ínsula para serlo de los gobernadores della, y miro por su salud mucho más que por la mía, estudiando de noche y de día, y tanteando la complexión del gobernador, para acertar a curarle cuando cayere enfermo; y lo principal que hago es asistir a sus comidas y cenas, y a dejarle comer de lo que me parece que le conviene, y a quitarle lo que imagino que le ha de hacer daño y ser nocivo al estómago; y así, mandé quitar el plato de la fruta, por ser demasiadamente húmeda, y el plato del otro manjar también le mandé quitar, por ser demasiadamente caliente y tener muchas especies, que acrecientan la sed; y el que mucho bebe mata y consume el húmedo radical, donde consiste la vida.
Es interesante observar las referencias que aparecen a lo largo de toda la obra, sobre todo los consejos que da a Sancho sobre higiene; sin embargo, los diversos actores no son muy aseados. Don Quijote muestra sus piernas sucias y a lo largo de la historia se lava en muy contadas ocasiones y Sancho no es muy diferente, aunque presume de ser más limpio que goloso.
Como afirma García Barroso (2005:167) los personajes, en general, descuidan su aseo: tiña, pediculosis y olores son frecuentes y creemos que Cervantes debía tener personal experiencia con los piojos a juzgar por su precisa descripción: «Una de las señales que tienen para entender que han pasado la línea equinoccial que te he dicho es que a todos los que van en el navío se les mueren los piojos, sin que les quede ninguno»
Por otra parte y como asegura Reverté Coma (1989:29)
Una de las ideas obsesivas de Miguel de Cervantes en su inmortal novela es el traumatismo, la violencia; es un continuo vapuleo de los actores, interrumpido
de vez en cuando por fases de reposo relativo durante las que se reponen de las lesiones sufridas. Sobre los personajes de la novela menudean una lluvia de alfilerazos, aruños, azotes, baciazos, caídas, candilazos, coces, estacazos, estocadas, golpes, lanzazos, manteos, mojicones, mordiscos, palos, patadas, pedradas, pellizcos, porrazos, puñadas, puñetazos, varapalos o zancadillas. Además, sufren brumaduras, cardenales, chichones, crujimientos, desmayos, dolor, molimientos, parasismos, pérdida de dientes y muelas y de sangre, quebrantamientos, o son hechos alheña. Todo ello se reparte, con mayor o menor intensidad, entre los personajes y a lo largo de la novela
Matemáticas
Don Quijote hace un pormenorizado relato de los conocimientos que han de atesorar quienes se dediquen a la "ciencia de la caballería andante". El que la profesa ha de ser jurisperito, teólogo, médico y herbolario, astrólogo .. "para conocer por las estrellas cuántas horas son pasadas de la noche y en qué parte y en qué clima del mundo se halla", y "ha de saber de matemáticas, porque a cada paso se le ofrecerá tener necesidad dellas..."( 2, XVIII: 615).
El termino geometría solo aparece dos veces: en el Prólogo y en capítulo I de la segunda parte donde utiliza la semejanza para demostrar la existencia de los gigantes ante el cura y el barbero. El hidalgo está convencido de la existencia de tales seres y, cuando es preguntado socarronamente sobre su tamaño, responde:
En esto de gigantes hay diferentes opiniones si los ha habido o no en el mundo, pero la Santa Escritura, que no puede faltar a la verdad, nos muestra que los hubo, contándonos la historia de aquel filisteazo de Golías que tiene siete codos y medio de altura. También en la isla de Sicilia se han hallado canillas y espaldas tan grandes que su grandeza manifiesta que fueron gigantes sus dueños, y tan grandes como grandes torres, que la geometría saca esta verdad de duda". (2,I: 509-10)
En la segunda parte de la novela se habla en dos ocasiones de un instrumento geométrico, el compás. Así para señalar en la esgrima la posición de las piernas: “Apeaos y usad de vuestro compás de pies de vuestros círculos y vuestros ángulos y ciencia….” (2, XIX: 624-625) donde se puede observar que aparecen otros conceptos matemáticos. Más adelante (2, XXXIII: 729), Sancho indica a la Condesa las precauciones a tomar en las caballerizas: “Se ha de ir con el compás en la mano y con medido término”.
Asimismo, se nombra la pirámide (2, VI: 536) y se usa también metafóricamente como figura de gran base que se reduce a nada en la cúspide: “Aunque tuvieron principios grandes acabaron en punta como pirámides…Habiendo disminuido y aniquilado su principio hasta parar en nonada, como lo es la punta de la pirámide”.
Por último, queremos resaltar la importancia de esta ciencia en esta época pues es significativo el hecho de que Felipe II decidió crear una Academia de matemáticas en Palacio, en 1582, para formar cosmógrafos, marinos e ingenieros civiles y militares al servicio del Monarca. Una institución muy necesaria para el Estado ya que como afirma Sánchez Ron (2005:10):
España poseía un imperio ultramarino que debía controlar, para lo cual necesitaba de marinos que dominasen el arte de «marear»; tenían que saber orientarse por las estrellas, determinando el rumbo que les condujese a América. La Academia de Matemáticas tenía entre sus funciones tales enseñanzas.
Tecnología
En tiempos de Cervantes ya hay constancia de algunos descubrimientos y llegan noticias de inventores pero queremos resaltar que ya se había descubierto la imprenta lo que sin duda contribuyó a la difusión de esta novela pero él no la conocía como lo describe él mismo (2, LXII: 923)
Sucedió, pues, que, yendo por una calle, alzó los ojos don Quijote, y vio escrito sobre una puerta, con letras muy grandes: Aquí se imprimen libros; de lo que se contentó mucho, porque hasta entonces no había visto emprenta alguna, y deseaba saber cómo fuese. Entró dentro, con todo su acompañamiento, y vio tirar en una parte, corregir en otra, componer en ésta, enmendar en aquélla, y, finalmente, toda aquella máquina que en las emprentas grandes se muestra. Llegabas don Quijote a un cajón y preguntaba qué era aquello que allí se hacía; dábanle cuenta los oficiales, admirábase y pasaba adelante. Llegó en otras a uno, y preguntóle qué era lo que hacía. El oficial le respondió:
–Señor, este caballero que aquí está –y enseñóle a un hombre de muy buen talle y parecer y de alguna gravedad– ha traducido un libro toscano en nuestra lengua castellana, y estoyle y componiendo, para darle a la estampa.
A lo largo de la novela aparecen diferentes aparatos entre los que destacamos:
Molinos de viento. En la Primera parte (1,VIII: 95) se encuentra este diálogo entre don Quijote y Sancho Panza:
En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don Quijote los vio, dijo a su escudero: la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza. Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino.
El batán. Se usaba para golpear las telas, paños o tejidos, mediante unas mazas de madera llamadas pisones, para aumentar su resistencia. A esa operación se la llamaba abatanado o enfurtido. En (1, XX: 190) se describe:
Al pie de las peñas estaban unas casas mal hechas, que más parecían ruinas de edificios que casas, de entre las cuales advirtieron que salía el ruido y estruendo de aquel golpear, que aún no cesaba.
Alborotóse Rocinante con el estruendo del agua y de los golpes, sosegándole Don Quijote, se fue llegándole poco a poco a las casas; encomendóse de todo corazón a su señora, suplicándole que en aquella temerosa jornada y empresa le favoreciese, y de camino se encomendaba también a Dios que no le olvidase.
No se le quitaba Sancho del lado, el cual alargaba cuanto podía el cuello y la vista por entre las piernas de Rocinante, por ver si vería ya lo que tan suspenso y medroso le tenía. Otros cien pasos serían los que anduvieron, cuando al doblar de una punta pareció descubierta y patente la misma causa, sin que pudiese ser otra, de aquel horrísono y para ellos espantable ruido, que tan suspensos y medrosos toda la noche les había tenido; y eran (si no lo has, ¡oh lector! Por pesadumbre y enojo) seis mazos de batán que con sus alternativos golpes aquel estruendo formaban.
La aceña. Molino harinero de agua situado dentro del cauce de un río. En El Quijote
aparece (2, XXIX, 697) cuando los protagonistas deciden atravesar el río Ebro:
En esto, descubrieron unas grandes aceñas que en la mitad del río estaban; y apenas las hubo visto don Quijote, cuando con voz alta dijo a Sancho:
–Calla, Sancho –dijo don Quijote–; que, aunque parecen aceñas, no lo son; y ya te he dicho que todas las cosas trastruecan y mudan de su ser natural los encantos…..
……Los molineros de las aceñas, que vieron venir aquel barco por el río, y que se iba a embocar por el raudal de las ruedas, salieron con presteza muchos dellos con varas largas a detenerle, y, como salían enharinados, y cubiertos los rostros y los vestidos del polvo de la harina, representaban una mala vista.
UTILIZACIÓN DE DETERMINADOS PASAJES COMO RECURSO DIDÁCTICO
Desde hace muchos años se utilizan las obras literarias como recurso didáctico en el área de Lengua y Literatura tanto española como de lenguas extranjeras, no obstante nuestra propuesta va más allá. Se trata de utilizar estos textos como ayuda en el aprendizaje de otras materias.
Entre los objetivos de este tipo de actividades podemos destacar el motivar a los alumnos; introducir un determinado tema; ayudar a la adquisición de algunos conceptos científicos; lograr que sean capaces de establecer las relaciones existentes entre Ciencia, Tecnología, Sociedad y Medio Ambiente y evaluar los aprendizajes del alumnado.
La metodología se basará fundamentalmente en la lectura y análisis de textos, bien históricos, bien informes de investigaciones u otros extraídos de obras literarias elegidos por el profesor. En todo caso, el docente según los objetivos que haya establecido es el que en la planificación de la unidad didáctica, situación de aprendizaje o tema debe determinar el momento de la intervención donde debe desarrollarse la actividad. Este recurso lo hemos experimentado a lo largo de muchos años sirviéndonos para ello de la Historia de la Ciencia. En este artículo analizamos cómo emplear textos del Quijote para el aprendizaje de algunos conceptos científicos.
Una vez que el profesor haya elegido el texto adecuado debe elaborar una “Guía de lectura” con las correspondientes “Cuestiones ductoras”, cuyo objetivo es, por una parte, facilitar al alumnado la comprensión del texto y, por otra, ayudarle a obtener el aprendizaje pretendido. Finalmente, una vez llevada a cabo la actividad por el alumnado, se desarrollará una puesta en común o debate para discutir las diversas cuestiones y establecer las conclusiones.
EJEMPLO DE ACTIVIDAD
Esta actividad está dirigida a los estudiantes del Grado de Educación Primaria
Objetivo: utilizar textos literarios para la enseñanza de las ciencias GUÍA DE LECTURA: CUESTIONES DUCTORAS
Lea el texto siguiente tomado de (2, XX: 628-629) Donde se cuentan las bodas de Camacho el rico con el suceso de Basilio el pobre.
…Lo primero que se le ofreció a la vista de Sancho fue, espetado en un asador de un olmo entero, un entero novillo; y en el fuego donde se había de asar ardía un mediano monte de leña, y seis ollas que alrededor de la hoguera estaban no se habían hecho en la común turquesa de las demás ollas, porque eran seis medias tinajas, que cada una cabía un rastro de carne: así embebían y encerraban en sí carneros enteros, sin echarse de ver, como si fueran palominos; las liebres ya sin pellejo y las gallinas sin pluma que estaban colgadas por los árboles para sepultarlas en las ollas no tenían número; los pájaros y caza de diversos géneros eran infinitos, colgados de los árboles para que el aire los enfriase.
Contó Sancho más de sesenta zaques de más de a dos arrobas cada uno, y todos llenos, según después pareció, de generosos vinos; así había rimeros de pan blanquísimo, como los suele haber de montones de trigo en las eras; los quesos, puestos como ladrillos enrejados, formaban una muralla, y dos calderas de aceite, mayores que las de un tinte, servían de freír cosas de masa, que con dos valientes palas las sacaban fritas y las zabullían en otra caldera de preparada miel que allí junto estaba.
Los cocineros y cocineras pasaban de cincuenta: todos limpios, todos diligentes y todos contentos. En el dilatado vientre del novillo estaban doce tiernos y pequeños lechones, que, cosidos por encima, servían de darle sabor y enternecerle. Las especias de diversas suertes no parecía haberlas comprado por libras, sino por arrobas, y todas estaban de manifiesto en una grande arca. Finalmente, el aparato de la boda era rústico, pero tan abundante que podía sustentar a un ejército.
Todo lo miraba Sancho Panza, y todo lo contemplaba, y de todo se aficionaba: primero le cautivaron y rindieron el deseo las ollas, de quién él tomara de bonísima gana un mediano puchero; luego le aficionaron la voluntad los zaques; y, últimamente, las frutas de sartén, si es que se podían llamar sartenes las tan orondas calderas; y así, sin poderlo sufrir ni ser en su mano hacer otra cosa, se llegó a uno de los solícitos cocineros, y, con corteses y hambrientas razones, le rogó le dejase mojar un mendrugo de pan en una de aquellas ollas. A lo que el cocinero respondió:
–Hermano, este día no es de aquellos sobre quien tiene juridición la hambre, merced al rico Camacho. Apeaos y mirad si hay por ahí un cucharón, y espumad una gallina o dos, y buen provecho os hagan.
–No veo ninguno –respondió Sancho.
–Esperad –dijo el cocinero–. ¡Pecador de mí, y qué melindroso y para poco debéis de ser!
Y, diciendo esto, asió de un caldero, y, encajándole en una de las medias tinajas, sacó en él tres gallinas y dos gansos, y dijo a Sancho:
–Comed, amigo, y desayunaos con esta espuma, en tanto que se llega la hora del yantar.
–No tengo en qué echarla –respondió Sancho.
–Pues llevaos –dijo el cocinero– la cuchara y todo, que la riqueza y el contento de Camacho todo lo suple. En tanto, pues, que esto pasaba Sancho, estaba don Quijote mirando cómo, por una parte de la enramada, entraban hasta doce labradores sobre
doce hermosísimas yeguas, con ricos y vistosos jaeces de campo y con muchos cascabeles en los petrales, y todos vestidos de regocijo y fiestas; los cuales, en concertado tropel, corrieron no una, sino muchas carreras por el prado, con regocijada algazara y grita, diciendo:
–¡Vivan Camacho y Quiteria : él tan rico como ella hermosa, y ella la más hermosa del mundo!
Oyendo lo cual don Quijote, dijo entre sí:
–Bien parece que éstos no han visto a mi Dulcinea del Toboso, que si la hubieran visto, ellos se fueran a la mano en las alabanzas de esta su Quiteria…
Póngale un título a este texto.
Haga un glosario con los términos que no conozca.
¿Existía en aquel tiempo diferencia entre la alimentación según las clases sociales? Justifíquelo al menos con dos citas.
¿Actualmente siguen existiendo estas diferencias?
¿Cuáles eran los alimentos más utilizados? ¿Era una dieta equilibrada? Justifique la respuesta.
¿En qué consistía el ayuno y la abstinencia según la Iglesia Católica? ¿Cómo son hoy día estas normas?
¿En qué unidad didáctica lo utilizaría?
Formule los objetivos.
Proponga el momento de su realización por los alumnos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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